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La crónica de Mariñas: Raphael y Natalia Figueroa cumplen sus bodas de oro

«Los éxitos españoles del artista nunca han tenido la dimensión, universalidad e impacto de sus giras americanas»

Raphael y Natalia Figueroa
Raphael y Natalia FigueroaMiguel Angel TorresGTRES

Reconozco que en la vida he tenido la misma suerte de la que han gozado Raphael y Natalia Figueroa, aunque lo mío aún no haya llegado tan lejos. La pareja va a celebrar sus 50 años de casados, y aún no acaban de creérselo, porque, echemos la memoria atrás y cuando se dieron el «sí, quiero» en Venecia el 14 de julio de 1972, existía poca expectativa ante una pareja, aparentemente, tan dispar. La cuestión es que como celebración, a Raphael le espera una gira de tres semanas por América, en un «tour» musical que le hará viajar a República Dominicana, Perú, Costa Rica, Argentina, México y Colombia, entre otros países. Y ya se puede contar con el éxito de público, porque hace meses que están todas las localidades vendidas.

Al cantante le adoran y glorifican por esas lindas tierras. Es más, testifico que por allí le idolatran de tal forma, como quizás nunca lo haya sido en su propia tierra. Los éxitos españoles del artista, que empezó su carrera siendo un jovencito, nunca han tenido la dimensión, universalidad e impacto de sus giras americanas. Igual ocurrió con su discografía, que aunque muy valorado en aquellos pagos, aquí no llegó a alcanzar tal magnitud. Ha tenido éxitos clamorosos, sin duda, pero sin obtener nunca el fervor reverencial del que disfruta allende los mares. Los que asistan a sus conciertos darán fe de que el de Linares sigue siendo fiel a sus gestos de siempre: alardes, exageración y una voz maravillosa, siempre de infarto.

El cantante Raphael durante uno de sus últimos conciertos
El cantante Raphael durante uno de sus últimos conciertosSTARLITESTARLITE/EFE

Rafael no solo creó escuela en las Américas, también abrió el camino a seguir para otros colegas que, después de él, hicieron las Américas. Ha sido un auténtico Quijote que ha compuesto una estampa humana animando sus conciertos con unas interpretaciones personales, insólitas y exclusivas. Es difícil equipararse a él y poder mostrar una carrera similar. Es algo irrepetible por su esfuerzo, voluntad, tesón y entrega total. Y, claro está, acortando la frase de Groucho Marx: «Detrás de un gran hombre, se encuentra una gran mujer», en toda la gloriosa y fructífera carrera de Raphael, cuenta la presencia, no detrás, sino a su lado, de una gran persona, Natalia Figueroa.