Loewe rediseña la silueta femenina

La flor de anturio se convirtió ayer en el leit motiv de la nueva colección de Jonathan Anderson para la firma Loewe. Si el pasado otoño 2022 fueron los labios y los globos, este año la sensual flor acapara la atención de la marca, presente prácticamete en todas las prendas y accesorios. Los vestidos de falda evasé y reducidos casi a los clásicos “baby doll”, venían acompañados por anturios tridimensionales, algunos a modo de top, en diversos tonos.

La mujer Loewe recupera su feminidad a través de vestidos lenceros, en los que la flor cubre uno de los pechos y su parte central simula la forma del pezón. El director creativo sigue jugando con los volumenes a través de propuestas que dibujan el cuerpo de la mujer. Los vestidos se ensanchan en la cadera con unos guardainfantes, mientras que las chaquetas incorporan tops tubulares forradas en punto.

Vestidos con escotes en punta tanto en drapeados como en algodón que contrastan con los rígidos corsé y otros vestidos armadura con estampado floral.

Anderson no renuncia a su parcela de fantasía: no faltan las prendas de efecto pixelado, los zapatos globo (deshinchados) y las prendas cerámicas, combinadas con parkas con volumen. Sin embargo, esta quizá sea una propuesta más relajada y comedida que el ejercicio que hizo la temporada pasada para la línea femenina. Es posible extraer ciertos códigos con los que prometen vestir las mujeres Loewe en 2023. El suyo es un uniforme que pasa por minivestidos de punto con volantes, tipo babydoll, con cuellos de polo. Más allá de tonos como el rojo o el azul, esta prenda de aire sesentero se traduce a través de las líneas en un potente grafismo visual. Los patrones oversize son la clave para vestir en la oficina: vestidos de piel que deconstruyen la camisa de toda la vida, emulando falsas mangas. Otra opción pasa por una blusa con lazada XXL combinada con unos vaqueros que siguen la misma tónica.

La mirada futurista la pone Anderson en los zapatos globo deshinchados y las prendas cerámicas, combinadas con parkas y trenchs con volumen.

Pero la prenda dominante en esta colección es el minivestido de punto, de estilo sesentero, con cuellos de polo en tonos pastel. Además, repite con acierto los patrones XXL en vestidos de piel que deconstruyen camisas que simulan falsa mangas capa. También blusas en tono flúor con lazada XXL combinada con vaqueros oversized.

En cuanto a los accesorios, las bailarinas ocupan un lugar privilegiado en la nueva propuesta de Andersen ya sean transparentes, con flores o negras. Zapatos pump con tacón de aguja y goma inflada, zapatos planos, pumps que revolotean en globos desinflados. El bolso Puffer Goya mantiene su juego de volúmenes. El nuevo bolso Paseo, es alargado y estilizado. Las pulseras de plata esterlina trenzada aportan un ornamento refinado. Una colección cuyo diseño es una declaración rotunda, amplificada a través de un acto de reducción.