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Tristeza
"Hoy estamos y mañana no lo sabemos". Lo escribió Alba Barrera hace apenas unos meses en su perfil de Facebook, sin sospechar que aquellas palabras acabarían convirtiéndose en el epitafio más desgarrador. Alba, madre, hija, hermana y vecina querida de Jerez de la Frontera, falleció tras un año de lucha contra la leucemia. Tenía 30 años.
Ella misma se definía como "más fuerte que el vinagre de Jerez", una frase que pronto se convirtió en lema y bandera. No era solo un guiño a sus raíces, sino un recordatorio de la fortaleza con la que se enfrentó a la enfermedad. El diagnóstico llegó en mayo de 2024, como un mazazo imposible de asimilar. Sin embargo, Alba nunca se rindió: compartió cada paso en redes sociales, creando una ola de apoyo que recorrió toda España.
Su historia fue la de una madre joven que, con un hijo pequeño en brazos, se aferró a la vida con la tenacidad de quien no concibe otra opción que resistir. En septiembre de 2024 llegó el momento más esperado: un trasplante de médula ósea compatible. Alba lo narró como si se tratara de un renacimiento: "23 de septiembre, volví a nacer", escribió entonces. "Descansé, fue mi verdadero cumpleaños". Durante un año entero, exprimió cada instante con la misma entereza y gratitud con la que había afrontado los tratamientos más duros.
La leucemia, sin embargo, terminó ganando la partida. Y aunque Alba ya no está, deja tras de sí una lección de vida que permanecerá en quienes la quisieron y en quienes la descubrieron a través de sus palabras.
Las reacciones en Jerez no se han hecho esperar. Sus hermanas, rotas de dolor, han escrito mensajes que traspasan la pantalla: "Gracias por enseñarme el valor más grande de la vida, la valentía. Descansa en el lugar más bonito del cielo y espérame en la orilla", confesaba Sara. Miriam, por su parte, le dedicaba estas líneas: “No me cabe en el pecho más orgullo de haber aprendido a sacar fuerzas aunque no las haya”.
La ciudad entera la llora. Su Hermandad del Soberano Poder ha recordado su ejemplo de fe y resistencia; el Xerez Deportivo, su espíritu luchador; y la alcaldesa María José García-Pelayo, su capacidad para transmitir serenidad incluso en la adversidad.
Su última celebración de cumpleaños quedó grabada en la memoria colectiva: globos, bengalas y música iluminando la ventana del Hospital de Jerez, donde pacientes y sanitarios se unieron para rendir homenaje a su alegría. Una imagen que hoy adquiere un significado aún más poderoso: la de una mujer que se aferró a la vida hasta el final, iluminando a los demás incluso en la oscuridad.
Alba Barrera se ha ido demasiado pronto, pero su legado permanece. Quienes la conocieron -y quienes la siguieron a través de una pantalla- guardarán su sonrisa, su coraje y esa frase que ya forma parte de la mermoria colectiva de Jerez: "Soy más fuerte que el vinagre".
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