Delicada de salud
Los amigos de Encarnita Polo alertan de su “principio de Alzheimer”
La artista se mudó a Ávila con su hija. Primero a un piso sola, después al chalé con Raquel, pero terminó en una residencia. La enfermedad le borraba la memoria
Duro revés difícil de encajar la muerte de Encarnita Polo a los 86 años. La artista perdió la vida en una residencia de Ávila, donde ingresó el pasado mes de mayo. Desde un momento se alertó de que su muerte no era natural, sino de carácter violento. Al parecer, según está investigando la policía en estos momentos, concretamente la Brigada Provincial de la Policía Judicial de Ávila, todo respondería a un estrangulamiento por parte de otro residente. No había constancia de que el agresor tuviese un carácter violento, de ahí que no se tomasen medidas previas para proteger a la cantante y el resto de residentes.
Son muchos los amigos que han querido arrojar más luz a lo sucedido a Encarnita Polo. No ya en el motivo de su fallecimiento, que está en manos de las autoridades, sino más sobre cómo fueron sus últimos años con vida. Unos años que emplazó en Ávila, tras poner punto y final a su etapa en Madrid, donde gozaba de más contacto y relación con sus íntimos. Es el caso de Antonio Montiel, pintor que ha aclarado punto a punto muchas incógnitas sobre su amiga, así como negar algunas de las críticas lanzadas por Rappel, vidente que ha sido muy duro contra Raquel, hija de la protagonista. También ha dado más detalles su incondicional Rosa Valenty.
Los amigos de Encarnita Polo hablan de su delicada salud
La salud de Encarnita Polo le ha dado varios sustos en los últimos tiempos, aunque no era algo que preocupase a su círculo más cercano. Al menos no el cáncer de mama, al que plantó cara y venció, aunque la artista siempre tenía el temor de que pudiese reproducirse y suponer un nuevo desafío para ella. También le cogió miedo al coronavirus, pues la pandemia trastocó sus planes de vida. Fue después del Covid-19 cuando hizo las maletas, abandonó la casa de alquiler en la que vivía en Madrid y se mudó a Ávila, junto a su hija, el marido y el hijo de ésta. Era feliz, pero una nueva enfermedad comenzó a dar jaque a su nueva rutina. También a sus recuerdos.
Encarnita Polo ocupó en un primer momento un piso muy coqueto en Ávila. Después comenzó a tener “algunas lagunas”, lo que preocupó a su hija. Así se mudó al chalé con su hija Raquel: “Allí Encarnita tenía su propia habitación, con televisión y todo, y así estuvo hasta mayo de este año. Vivió con su hija, en su casa, desde hacía un año y pico, hasta el pasado mes de mayo, porque ella hasta ese momento vivía independiente”. El inicio del Alzheimer obligó a la familia confiar en la residencia Los Decanos de Ávila, donde ha perdido la vida en trágicas circunstancias.
Rosa Valenty respalda estos pasos. Asegura que llevaba ya dos años sin poder ver a su amiga, con la que se citaba mucho en Madrid en el Mercado de Chamartín. Tomaban café y se confesaban sus secretos, pero llegó la mudanza a Ávila y abandonó su vida en la capital. Todo se precipitó porque “ella tenía un principio de Alzheimer”. Así tuvo que entrar en la residencia, algo que su amiga Rosa entiende y comparte, anunciando a sus hijos que, si le llega a pasar a ella, no le importaría estar en el mismo centro, cuidada y atendida perfectamente. “No en todas las residencias se abandonan por completo a los abuelos”. Pero Rosa Valenty confía en que llegado el momento, se haya terminado “la casa del actor”, un proyecto que reuniría a las grandes glorias de nuestro país en una misma residencia, pagada por todos, en la que pueden compartir experiencias pasadas, con otras nuevas, mientras son cuidados con dignidad.