
Los dos estaban casados
Antonio & Melanie: una historia de amor que nació en medio del escándalo
Del escándalo al amor duradero: el actor malagueño rememora su historia con la actriz, un romance nacido en el set que desafió a Hollywood y a sus propios destinos

Hubo un tiempo en que Antonio Banderas y Melanie Griffith no eran solo una pareja de cine: eran "la" pareja. Seductores, brillantes… y, durante mucho tiempo, también profundamente incomprendidos. Ahora, tres décadas después de ese primer encuentro frente a las cámaras, el actor malagueño vuelve la vista atrás y recuerda, sin ambages, el inicio de su historia con Melanie: "Los dos estábamos casados", confesaba esta semana en una entrevista con el programa "That's Entertainment".
Corría el año 1995. En pleno rodaje de "Two Much", comedia dirigida por Fernando Trueba, Banderas y Griffith compartieron más que escenas. Compartieron miradas, silencios, y ese lenguaje sutil que solo se habla en el plató... y que, a veces, traspasa los límites del guion. "Cuando acabas una película, vuelves a tu vida normal. Pero en este caso no fue así. Fueron dos días, dos semanas, dos meses... y entonces, el teléfono", relataba Antonio con honestidad serena.
El problema -al menos para la prensa- era que ambos estaban casados: él con Ana Leza, ella con Don Johnson, de quien ya se había divorciado y reconciliado en varias ocasiones. Aquella revelación encendió a los tabloides y convirtió a la pareja en blanco de críticas feroces. Pero ellos no se escondieron: en 1996, sellaron su amor con una boda y, poco después, nació su hija, Stella del Carmen.
Durante casi dos décadas, Antonio y Melanie construyeron un universo compartido entre Los Ángeles y Málaga, entre premieres de Hollywood y veranos andaluces. Fueron años de tatuajes con nombres en el brazo, paseos de la mano frente a los flashes, y también de recaídas y resurrecciones. Griffith ingresó en clínicas de rehabilitación en 1998, 2000 y 2009. Él permaneció a su lado. "Fue difícil, pero también muy humano", reconocería años después.
La historia terminó oficialmente en 2014, tras 18 años de matrimonio, y aunque el divorcio fue doloroso, el respeto prevaleció. Hoy mantienen una relación cordial, marcada por el amor hacia su hija y una complicidad que nunca desapareció del todo.
Desde la pasión clandestina a la familia, del escándalo a la reconciliación, lo de Antonio y Melanie no fue solo una historia de amor. Fue una historia de verdad. De las que dejan huella.
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