Entrevista

Athenea Pérez: «En Miss Universo todas adelgazamos aún más por los nervios»

Athenea Pérez, Miss Universo España 2023, desvela a LARAZÓN los secretos del certamen y cómo es la convivencia de las candidatas

Athenea Pérez durante el certamen de Miss Universo 2023 en El Salvador
Athenea Pérez durante el certamen de Miss Universo 2023 en El SalvadorMiss Universo

Anoche se celebró la gran final de Miss Universo 2024 en México. En total, más de 130 candidatas de todo el mundo han luchado por alzarse con la corona de la más guapa del mundo. El año pasado Athenea Pérez, nuestra representante española quedó en el top 10 del certamen de belleza y fue agasajada con el título de Miss Simpatía. Más allá de haber logrado el mejor puesto de España en los últimos años, la murciana hizo historia al ser la primera mujer española de raza negra que ha representado a España en Miss Universo, motivo por el que tuvo que soportar y afrontar numerosos comentarios racistas, al igual que Michelle Jiménez, nuestra actual representante. Un año después de su paso por el certamen, LA RAZÓN habla con Athenea Pérez sobre el concurso de belleza y nos devela algunos de los secretos más desconocidos de Miss Universo. Según cuenta la murciana, el certamen es más que un concurso de belleza. «De hecho, en los últimos años se valora de todo menos la belleza, por eso hay personas que no conocen el concurso y no entienden que haya ganado determinada chica por encima de otra». Más allá del físico, la organización premia los valores de las candidatas. La nueva Miss Universo «debe tener valores y principios, además de capacidad para influenciar de manera positiva en la sociedad. Tiene que tener una personalidad arrolladora, que mueva masas y transmita cercanía. El tema de los estudios también es muy importante, pero más que esa formación se exige que tenga ambición, metas y propósitos. Que sea un ejemplo para la mujer y que demuestre que, con trabajo y perseverancia, podemos ser lo que queramos».

Todas las candidatas conviven dos semanas antes de la final de Miss Universo. Para Athenea Pérez fue una «experiencia increíble» en la que pudo conocer y entablar amistad con algunas de las candidatas, a las que aún está muy unida. En estos días previos a la gala final, «hay una rutina dentro de la convivencia marcada por las comidas y las diferentes actividades. Hay muy poco tiempo libre y muchas candidatas lo emplean en entrenar. Yo preferí estar relajada y descansar al máximo y darlo todo en Miss Universo. Creo que me salió bien aprovechar ese tiempo de descanso porque me alcé como Miss Simpatía», explica.

«La comida, generalmente, suele ser buffet libre y tienes la libertad de elegir lo que quieras. Es cierto que hay chicas que llevan una dieta más estricta y otras, como yo, que nos dejamos llevar por la comida local y nos apetece probarlo todo. También hay chicas que continúan con sus rutinas de ejercicio, pero todas adelgazamos un montón debido a los nervios. Con el estrés se adelgaza mucho y, en mi caso, no seguí con mi rutina de deporte porque no quería bajar más de peso», desvela sobre la alimentación del certamen y cómo les afecta a las candidatas el certamen.

Sin apoyo psicológico

Dentro del concurso las participantes no cuentan con apoyo psicológico y a veces les pasa factura la presión, como es el caso de Athenea. «Tuve momentos muy complicados. Hay muchos países que por cultura reciben mucho apoyo del público y, aunque no quisieras, te afectaba pasar detrás de países fuertes y que nadie mencionara el tuyo. Pero tienes que estar preparada y ser consciente de que, aunque el apoyo es positivo, quienes determinaban quién pasaba al top era el jurado. Mantenerte con los pies en la tierra es la clave para no dejarte llevar por la presión», expresa. Sobre cómo se preparó para el certamen, reconoce que, aunque «físicamente no tuve mucho tiempo e intenté alimentarme bien y moverme un poco, mi bienestar mental sí me preocupaba. Iba a enfrentarme a situaciones y comparaciones a las que no se enfrenta una persona en su día a día. Tuve que trabajar mi autoestima y seguridad para que el certamen no me afectara negativamente». Aún así, sintió «bastante» presión estética. «Al final no hay ningún estándar de belleza establecido y a los hechos me remito. Yo pude llegar al top 10 sin ningún tipo de retoque ni de cirugía estética. Sentí esa presión por mis propios complejos, yo no tengo muchas curvas y, al ver todas mis compañeras tan exuberantes, me causó inseguridad. Nunca me planteé hacerme ningún retoque ni cirugía pero es lo que se espera de tí en este mundo». Si algo destaca de Miss Universo es la «sororidad de todas las candidatas». «Mujeres cuidando a mujeres, siendo nosotras mismas sin tener que pisar a otras».

Un año después de su paso por el certamen, considera que «es un concurso politizado», independientemente de los valores de Miss Universo. «Al final no deja de ser un negocio. Si tu inviertes dinero en un sitio, esperas obtener beneficio. La mayoría de las veces hay intereses internos. En cuanto a los países sede, los que acogen Miss Universo y que hacen una inversión increíble, también se les debe contentar».