
Biografía
Bárbara Rey se abre como nunca en sus memorias: "He dormido en más portales que en palacios"
La actriz ha presentado este jueves sus libro, "Yo, Bárbara", en el que aborda los episodios más polémicos de su vida y otros que hasta ahora nunca había compartido. Esta es su historia, de principio a fin, con sus luces y sus sombras

Máxima expectación este jueves 12 de junio en el Hotel Intercontinental de Madrid, donde Bárbara Rey ha presentado su libro, “Yo, Bárbara”, en una sala abarrotada de periodistas llegados incluso de Reino Unido. Se trata de las primeras memorias de la actriz, en las que relata como nunca antes algunos de los episodios más polémicos y destacados de su vida, desde su tormentosa relación con Ángel Cristo hasta su aventura con el Rey Juan Carlos, todo un asunto de Estado.
“Aquí hay caras que hacía un siglo que no veía”, ha comenzado diciendo la vedette, en alusión a compañeros de la prensa con los que, a lo largo de los años, ha mantenido mejores o peores relaciones. No podían faltar amigos de toda la vida, como Paloma Barrientos, Beatriz Cortázar o Chelo García-Cortés, con la que ha recordado su icónica “noche de amor”.
Una presentación algo deslucida por el cambio a última hora del lugar. Inicialmente estaba previsto que tuviera lugar en Casa de América, pero la actriz ha lamentado que tras disculparse con “una burda excusa”, desde el palacio le han comunicado que no podían albergar el evento. Un desplante que ella ha aprovechado para lanzar el primero de sus muchos bufidos contra el Rey Juan Carlos: “Dicen que en el Palacio de Liria hay fantasmas, lo mismo en Casa de América ha aparecido algún fantasma muy vivo… Yo no soy de meterme en entresijos de cosas históricas, pero he visto lo de la Cumbre de América en 1992, que se celebró allí. La presidió el Rey Juan Caros I y fueron presidentes de toda Sudamérica, incluido Fidel Castro. Viendo la situación de nuestro país y Cuba, y la de nuestro emérito, que ahora vive en Dubái, me halaga que no hayan querido que presente mi libro allí. Un señor está fuera de España y no paga impuestos, y el otro ha arruinado su país y su familia vive a costa de los millones que ha robado a los cubanos”.

Por supuesto, su relación con don Juan Carlos I ha sido el eje principal de la presentación del libro, pero no tanto de las memorias en sí. A lo largo de más de 400 páginas, Bárbara Rey acaba con el mito “de que ya lo he contado todo” y sorprende a sus lectores con momentos de su historia nunca antes desvelados, como los altos y bajos en la relación con su madre o sus primeros años en Madrid tras mudarse con solo 18 años desde su Totana natal. En ese momento, pasó por más sombras que luces y hubo días en los que ni siquiera tenía un trozo de pan que llevarse a la boca: “He dormido más en portales que en palacio, allí he estado más de paso”.
Su chantaje al Rey Juan Carlos I
La murciana responde en su libro, con 30.000 ejemplares a la venta desde este 12 de junio, a muchas de las cuestiones que en los últimos meses han girado en torno a ella. Reconoce no haberse portado del todo bien con el Rey Juan Carlos I en sus últimos años de relación, cuando se dejó influenciar por terceras personas para tomar a traición las polémicas fotografías mientras comían paella en su casa, y otras tantas que no han salido a la luz. De hecho, a pesar de todo por lo que ha pasado, ese es uno de los episodios que a la vedette más le ha dolido volver a sumergirse. “Hay cosas con las que he llorado mucho y me han removido mucho, cosas de mi matrimonio o de mi hijo. Pero es curioso que lo que más me removía era hablar de la situación que atravesé con el Rey, cuando, influenciada, tomé la decisión de grabarle, porque era algo que no iba conmigo. Nunca quise hacer nada que fuera en contra de él, pero me llevó a un extremo límite y me vi influenciada por una persona (su entonces amiga y vecina Hortensia). Me hubiera gustado no haberlo hecho, pero al final lo hice”.
"El Rey Juan Carlos I tiene la manía de quitarse los problemas de encima sin más, no solo conmigo, sino también con sus amigos y otras mujeres"
Una extorsión que, por supuesto, provocó el final de su relación con don Juan Carlos I, que cesó el contacto con ella de la misma forma en que lo empezó: unilateralmente y sin previo aviso. Una ruptura sin despedida sobre la que Bárbara Rey todavía reflexiona. Considera que si hubieran tenido una última conversación, que si el entonces jefe de Estado se hubiera molestado en entender las razones que la llevaron a exponerle, las cosas habrían sido diferentes: “Esa actitud de él era la de siempre, la de quitarse los problemas de en medio. No quiso hablar conmigo para ver qué me había llevado a hacer determinadas cosas. Igual que tuvo la valentía de entrar en mi vida cuando no le conocía de nada, tendría que haberse preocupado de por qué había ocurrido todo eso, de qué había pasado. Él me conocía muy bien y se cansaba de decir que era muy buena persona, entonces, ¿no quería saber por qué lo hice? La relación terminó por eso. Si él hubiese hecho lo más mínimo, eso se hubiera quedado ahí parado, hubiéramos hablado y a lo mejor hubiéramos continuado nuestra historia, pero él tiene la manía de quitarse los problemas de encima sin más, no solo conmigo, sino también con sus amigos y otras mujeres”.
"Del dinero de los españoles viven otros, yo no. Yo trabajo y pago a Hacienda"
Mantiene su versión de que nunca cobró los supuestos 600 millones de pesetas de los fondos reservados del CNI por su silencio, y recalca que nunca tuvo la intención de hacerlo. De hecho, desconfía de la fuente de la que nace esa información, los cuadernos manuscritos del teniente general Emilio Alonso Manglano. “Nunca he recibido 600 millones, esas personas lo dicen por los apuntes de un señor que tiene un pasado oscuro. No te digo yo que no tomara esas notas en las que a mí no se me nombra, pero me gustaría saber, si eso es cierto, dónde fue ese dinero. Yo reconozco todo lo que me ha dado el Rey, pero jamás me dieron 600 millones”, insiste, y concluye con otra de esas aseveraciones que lanza al aire para el que quiera recibirlas: “Del dinero de los españoles viven otros, yo no. Yo trabajo y pago a Hacienda”.
Recuerda las presiones que recibió en su día por su silencio y que incluso llegaron a intentar asesinarla, vestigios de una España con una democracia en ciernes que, por fortuna, ya no existe. “A mí nadie me ha llamado para decirme que no cuente nada de lo que estoy contando. El único que me llamaba era el Rey Juan Carlos I, y desde que se fue, he perdido toda relación con la realeza. Él se fue tan lejos que nadie se acuerda de mí ya en palacio…”, desliza con su habitual ironía.

Don Juan Carlos I ha sido uno de los pocos hombres que ha marcado la vida de Bárbara Rey, y aunque aplaude el “cariño” con el que la trató, de sus palabras y la forma de referirse a él se entiende que no guarda un buen recuerdo. De hecho, ni siquiera espera que lea su libro: “Como tiene tanto poder, lo mismo manda a alguien para que se lo lea. Hay determinadas edades a las que no hay que forzar mucho la vista…”. Enésimo y último dardo hacia el Rey, al menos en la presentación de su libro.
Los otros hombres de su vida
Más allá de don Juan Carlos, Bárbara Rey repasa en sus memorias los otros nombres masculinos que forman parte de su historia, desde su padre, “el hombre de mi vida”, hasta Cristian, con el que experimentó un romance de verano tan intenso como fugaz: “Fui tan feliz con él… Pero es muy triste que tenga que recurrir a Cristian para hablar de amores que me han marcado positivamente, habiendo otros hombres tan importantes, como el padre de mis hijos, que han pasado por mi vida. Con él pasé el verano más feliz de mi vida”.
A lo largo de la presentación apenas se ha referido a Ángel Cristo, su marido, puesto que pocas preguntas quedan ya sobre el martirio por el que la hizo pasar tanto en sus años de casados como de divorciados.
"Llevo tantos años sola y separada que ponerme a vivir con un hombre ahora... Tiene que aparecer alguien que me encante"
Ahora, Rey disfruta de un buen momento sentimental en el que abraza la soltería, una situación con la que se encuentra tan cómoda que no ve probable que vuelva a compartir su vida con un hombre, aunque nunca cierra la puerta al amor: “Es una cosa que no me puedo plantear porque es algo que surge o no. Llevo tantos años sola y separada que ponerme a vivir con un hombre ahora... Tiene que aparecer alguien que me encante, pero lo veo muy difícil… Meter a alguien en mi cama y que se quede a dormir en mi casa, ahora que vivo en un piso más pequeño porque tuve que vender el chalé para pagar a Hacienda… No lo veo”.
De su amor por Sofía a su indiferencia por Ángel
Su hijo Ángel es otro de los que no sale muy bien parado de su libro, aunque, tal y como han confirmado todos sus amigos, en realidad ha sido “muy generosa con él” al no relatar los episodios más crudos que ha vivido como su madre. Una generosidad que, insiste, no viene del miedo a posibles represalias o al deseo de reconciliarse con él, sino del amor de una madre que, pese a todo, persiste: “Es mi hijo y le quiero, porque no hay que olvidar que le he parido. No espero tender puentes con él. Le deseo que le vaya bien y que no le falte nunca de nada. Tengo una estabilidad emocional con mi hija tan grande, y las dos sabemos lo que hemos vivido con él y sin él, que sinceramente, lo que quiero es que a él le vaya bien y que nosotras sigamos así, tranquilas y durmiendo en paz”.
Dejando claro que “no tengo ganas de seguir hablando de mi hijo”, ha detallado que le trae sin cuidado si Ángel aprovecha la publicación de sus memorias para seguir atacándola públicamente, aunque no le extrañaría si así lo hiciera: “Me espero cualquier cosa de él y de ella (su nuera, Ana Herminia). Lleva hablando mucho tiempo y diciendo una serie de barbaridades a las que yo no voy a responder. Él siempre está buscando la oportunidad para decir algo”.

Nada que ver con su vínculo con su hija Sofía, que la ha acompañado en este día tan especial, emocionando a los allí presentes con las palabras que ha dedicado a su madre: “Te respeto y te admiro mucho por haber contado tu historia, y creo que eres una gran madre, y por eso te aplaudo. Estoy agradecida por la educación y los valores que me has dado, y si algún día me veo fuerte y preparada, escribiré mis memorias y contaré las cosas que tú no has contado”.
Un tintero a rebosar de detalles, historias y episodios que Bárbara Rey se ha dejado y que su hija parece dispuesta a compartir. Una historia familiar publicada en tomos. El primero, desde luego, promete.
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