Opinión

El diario de Amilibia: Este año no voy a St. Moritz

"Este un país lleno de pobres a los que ahora se suman Koldo, Ábalos y la Bego. Qué vergüenza ante St. Moritz"

Una imagen panorámica de St. Moritz con el lago helado en el centro
Una imagen panorámica de St. Moritz con el lago helado en el centroCedida

No sé si voy a poder avisar a tiempo a mis conocidos riquísimos, pero este año tampoco voy a poder ir a St. Moritz. Cuenta Marta Boira que ahora es el nidito blanco de los vip pura sangre: le ha ganado la batalla del turismo millonario a Gstaad, un lujo petulante y sin glamur. Dice la cronista que ahora se lleva «el lujo silencioso». Yo practico el lujo inexistente. Soy un vejestorio que tiene miedo a caminar cuando llueve, por si los resbalones, así que ya me contarán que hago en St. Moritz con tanta nieve. Leo que Ábalos ha declarado: «No tengo ni dinero, ni nada en el extranjero. Tampoco a través de terceras personas». Este un país lleno de pobres a los que ahora se suman Koldo, Ábalos y la Bego. Qué vergüenza ante St. Moritz.

El exministro y ex secretario de Organización del PSOE José Luis Ábalos comparece ante la comisión de investigación del caso Koldo del Senado.
El exministro y ex secretario de Organización del PSOE José Luis Ábalos comparece ante la comisión de investigación del caso Koldo del Senado. Alberto R. Roldán La Razón

Menos mal que de todo esto (lo de los pobres españoles, no lo de St. Moritz) no se ha enterado Richard Gere, que ha dedicado a España hermosas palabras: «Amo España y creo que vuestro estilo de vida es fabuloso. También vuestra capacidad para vivir transmitiendo alegría y felicidad. Es un lugar hermoso, la comida es extraordinaria y la gente derrocha sensibilidad y generosidad». Vive en La Moraleja en un casoplón de 11 millones de euros y como regalo de Reyes para sus hijos ha mandado construir casitas en los árboles, un espacio donde ellos puedan jugar. Hace muchas columnas, ante mi degeneración estrepitosa y temeroso de caer en una residencia pública, me pedí la casita del perro del casoplón de Richard y señora, Alejandra Gere, antes Silva He cambiado de idea: egoísta de mí, no pensé en dónde iba a vivir el perro. Ahora me apunto, si es posible, a la casita del árbol. Ponle una cocinita, Richard, que así me apaño.