Opinión

El diario de Amilibia: Luis Planas: hijos, sed como el Santo Job

" El cambio de tendencia debe referirse a que sustituyamos la carne y el pescado por patatas al horno y, sobre todo, comamos menos, que es cosa muy sana"

El ministro de Agricultura, Luis Planas
El ministro de Agricultura, Luis Planas, el pasado lunes en BruselasOLIVIER HOSLETAgencia EFE

Luis Planas, ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, nos dice que los precios de los alimentos han tocado techo y que todo apunta a que en breve plazo de tiempo no seguirán subiendo. Además, añade: «Hay razones objetivas para que los alimentos bajen de precio y se produzca un cambio de tendencia». Así que, por esas razones objetivas, el Gobierno no rebajará el IVA de la carne y el pescado, al menos de momento. El cambio de tendencia debe referirse a que sustituyamos la carne y el pescado por patatas al horno y, sobre todo, comamos menos, que es cosa muy sana. Ya no tenemos que investigar únicamente dónde compra Nadia Calviño, vicepresidenta primera del Gobierno, también hay que saber en qué súper llena el carrito Luis Planas. No queda ahí la cosa, el ministro se pone en plan Santo Job y nos ofrece la receta ideal en la guerra contra la inflación: paciencia, mucha paciencia, «porque los efectos de las decisiones tomadas no se pueden ver de un día para otro».

El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas (c), preside el pleno del Observatorio de la Cadena Alimentaria
El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas (c), preside el pleno del Observatorio de la Cadena AlimentariaEduardo ParraEuropa Press

Cuando no sabemos ni dónde está el maná salvador de la Unión Europea, se aconseja paciencia. Pero no nos quejemos: el ministro Planas nos ofrece en su mensaje la clave para la victoria en la batalla inflacionista y, de paso, para que ganemos el cielo. Debéis ser, viene a decirnos, como el Santo Job, al que el Señor sometió a durísimas pruebas, incluso dejándolo en la ruina, para luego, vista la fortaleza de su fe, devolverle el doble de las riquezas que había perdido. Así que ya sabéis, querido pueblo: tened paciencia, no escuchéis al diablo Alberto Núñez Feijóo que os susurra desde las cloacas, y os prometo que el Señor de la Moncloa os colmará de bienes y felicidad.

Eso sí: con el IVA correspondiente.