
Homenaje
El emotivo mensaje de Lolita a su hermano, Antonio Flores, 30 años después de su muerte
Su hermana lo recuerda con amor y con una "espina clavada", en redes sociales

Treinta años después de aquel fatídico 30 de mayo de 1995, Antonio Flores sigue siendo una de las figuras más puras y, paradójicamente, más ignoradas del legado artístico español. Su muerte, apenas dos semanas después de la de su madre, Lola Flores, lo selló en una especie de eclipse emocional: el genio de Antonio quedó en penumbra bajo el peso simbólico de "La Faraona".
No fue hasta 28 años después de su fallecimiento cuando se le rindió un homenaje en directo a la altura de su sensibilidad musical. Porque Antonio no solo fue el hijo de Lola, ni el hermano de Rosario y Lolita. Fue, sobre todo, un artista con voz propia, con canciones que dolían y sanaban, con una forma de estar en el mundo que lo hacía irrepetible.
Recuerdo en instagram
En la memoria de quienes lo quisieron, Antonio no se ha ido nunca. Pero pocas veces esa memoria se ha expresado con tanta ternura como en las palabras de su hermana Lolita, que le ha dedicado un emotivo mensaje treinta años después de su pérdida:
"Que puedo decirte que no te haya dicho en sueños, que no te diga cada vez que te veo en la naturaleza (…) la espina la tengo yo clavada desde hace 30 años y la tendré hasta que me muera. El mejor, el más bueno, el más guapo, el más generoso. Tú, mi hermano. Te quiero".
El Antonio que ella evoca es el del alma grande, el del talento honesto, el que escribía desde la herida. El que reía, lloraba y componía con igual intensidad.
Quienes lo conocieron saben que era un "rebelde" que no necesitaba posar de tal. Que decía: "No creo en vivir lo que no siento", y vivía (y sentía) hasta las últimas consecuencias. Tal vez, como decía su padre El Pescaílla, "los buenos siempre se van pronto". Pero treinta años después, el eco de su voz sigue cantando, suave y crudo, esperando que por fin, esta vez sí, se haga justicia a su memoria.
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