Nobleza

Entrevista exclusiva con Seraphin de Habsburgo: "Me redimí en el Camino de Santiago"

Descendiente de Sissi Emperatriz, ha revolucionado con sus fotos sirviendo cervezas en el popular Oktoberfest en Munich y ahora conquista por su visión vital

Seraphin de Habsburgo: "Me redimí en el Camino de Santiago"
Seraphin de Habsburgo: "Me redimí en el Camino de Santiago"Cedida

Por las venas de Seraphin de Habsburgo corre la historia de Europa. Descendiente de una de las dinastías más emblemáticas del continente, su apellido evoca imperios, palacios y coronas que marcaron siglos de política y cultura. Pero Seraphin, nacido en Baviera y criado con una visión moderna del mundo, prefiere hablar de valores antes que de títulos. En sus palabras, la nobleza de hoy no se mide por el linaje, sino por la coherencia con uno mismo. Entrenador personal, gestor en el famoso Oktoberfest y defensor de las raíces culturales bávaras, Seraphin representa a una nueva generación de nobles que buscan sentido más allá del protocolo. Conversamos con él sobre identidad, redes sociales, su vínculo con España y lo que significa llevar el apellido Habsburgo en pleno siglo XXI.

¿Qué es ser un Habsburgo hoy en día para usted que es descendiente de la emperatriz de Austria, Sissi?

Para decirlo simplemente, lo que la nobleza poseía antaño, tierras, riqueza, tesoros, pertenece ya a la historia. Con el fin de las monarquías, gran parte de ello fue confiscado o transformado en patrimonio cultural. Por eso, no todos los que llevan un título o descienden de familias nobles son necesariamente ricos; esto se aplica tanto a los Habsburgo como a muchas otras familias de la nobleza europea. Muchos hemos tenido que reconstruirnos y trabajar duro por lo que tenemos hoy, porque gran parte de lo que representaba el patrimonio material se perdió. En nuestro tiempo, los títulos y la herencia tienen un valor más histórico que social o político. Y, en cierto modo, eso me parece positivo: creo sinceramente que todas las personas merecen las mismas oportunidades desde el principio, y que nadie debería recibir un trato diferente o tener ventajas solo por el apellido con el que nació.

¿Cómo lleva ser famoso por su tatarabuela?

En realidad disfruto trazando algunos paralelismos. Uno de ellos es nuestra pasión compartida por la forma física. Sissi era conocida por su dedicación al entrenamiento; tenía su propio gimnasio y pasaba varias horas al día allí. El cuerpo es la mayor riqueza que se nos concede al nacer y lo último que dejamos atrás al morir. Como entrenador personal, siento ese mismo compromiso diario con el cuidado del cuerpo. Al igual que ella, lo considero una disciplina y una forma de expresión.Sissi también fue una rebelde, y en el mejor sentido de la palabra, me concedo ese mismo título. No sigo todos los caminos tradicionales de lo que se espera de alguien con un título. Prefiero hacer las cosas a mi manera, como ella hizo en su época.

Trabaja en el Oktoberfest, una elección poco habitual para alguien de su linaje. ¿Cómo llegó a ello?

Siempre he sido una persona muy práctica, de acción. Por una serie de coincidencias, quizás simplemente el modo en que la vida quiso que ocurriera, terminé gestionando el jardín cervecero de una de las carpas del Oktoberfest. Detrás de esa decisión hubo, sobre todo, un reto personal. El Oktoberfest es un entorno intensísimo, que exige concentración, coordinación y resistencia. Quería demostrarme a mí mismo que podía asumir ese nivel de responsabilidad y crecer a través de la experiencia. Nunca fue una cuestión económica, sino una forma de poner a prueba mis capacidades en la gestión y el trato directo con la gente. Para mí, fue un modo de fortalecer esas habilidades y seguir evolucionando mediante experiencias reales.

Las redes sociales han transformado la percepción pública de la realeza y la nobleza. ¿Cómo gestiona su presencia digital?

En mis redes intento mostrar tanto la tradición como la realidad cotidiana de un joven noble que no exhibe privilegios heredados, sino una vida de trabajo y esfuerzo, como la de cualquiera. Creo que es importante demostrar que la herencia no tiene por qué ser sinónimo de extravagancia, sino que puede representar valores, cultura y sentido de la responsabilidad. A la vez, utilizo mis plataformas para promover principios que me importan profundamente, como el respeto por uno mismo y la preservación de la tradición. Una de las formas en que lo hago es a través de la Tracht, la vestimenta tradicional bávara. Me parece algo bellísimo y cargado de significado, especialmente como bávaro. Hoy muchos jóvenes ya no ven estas prendas como algo moderno, y me gustaría contribuir a cambiar esa percepción. Para mí, vestir Tracht es una manera de mantener viva la historia y seguir conectado con mis raíces. En tiempos pasados, incluso la nobleza utilizaba la indumentaria como símbolo de identidad y orgullo. Considero que eso es atemporal.

Tiene un vínculo con España. ¿Qué representa para usted?

Tengo familia repartida por todo el mundo, en España, Portugal y muchos otros lugares, así que nunca me he sentido un extraño en ningún sitio. Los lazos que comparto con mis primos y parientes me dan la sensación de tener un hogar en cualquier parte, sin importar donde viva. España, en particular, me parece un país lleno de belleza y tradición. Guardo un recuerdo especial del Camino de Santiago, que recorrí hace unos años: más de 500 kilómetros de peregrinación que me cambiaron profundamente, me redimí. Fue una experiencia de introspección, de enfrentar desafíos y concentrarme en lo que realmente importa. Si pienso en un país que solo me despierta asociaciones positivas, por su clima, su gente, sus costumbres, y hasta por un súper vino que probé en la ciudad de León, es España. Para mí representa calidez, cultura y una conexión humana que siempre llevaré conmigo.

¿Qué le inspira a la hora de compartir su historia personal con el mundo?

Quiero que la gente entienda que la herencia no define tu destino. Lo que te define son tus valores, tus decisiones y la forma en que tratas a los demás. Me enorgullece poder compartir mi nombre junto a mi amor por la tradición, el deporte y la vida activa, de una manera que inspire a otros a ser fieles a sí mismos, independientemente de su origen.