Fin de semana complicado para la familia Mohedano-Tejado. Lo que iba a ser un encuentro familiar alegre con motivo de la confirmación de Antonio Tejado Jr., hijo de Rosario Mohedano y Antonio Tejado, se vio empañado por un clima de tensión debido a las distintas polémicas que rodean a la familia y la presión mediática a la que, en consecuencia, deben hacer frente.

La confirmación del joven, de 17 años, estuvo marcada por la ausencia de su abuelo, Amador Mohedano, y la presencia de su padre, quien justo el día anterior fue procesado como supuesto autor intelectual del violento asalto a la casa de su tía, María del Monte, ocurrido en agosto de 2023.

Por qué faltó Amador Mohedano

Sobre los motivos por los que el hermano de Rocío Jurado no acudió a tan importante cita familiar, su sobrina Gloria Camila aportó algo de contexto en el programa “TardeAR”. La colaboradora aseguró que “no se aclara bien con las fechas”, teniendo en cuenta que ese mismo día se celebraban varios sacramentos de otros nietos. “Se le pasó por alto, tuvo un lío y no se organizó bien para poder ir”.

Una confusión que provocó que Mohedano “no se pudiera organizar bien”, aunque Gloria Camila insiste en que “ha habido comunicación y contacto, y ha sido invitado tanto a la comunión como a la confirmación de sus nietos”.

Además, la hija de Ortega Cano y Rocío Jurado señala que tanto ella como el resto de la familia “siempre le invitamos a todo”, pero, como suele ocurrir con personas de la edad de Amador, “él es muy dado a no viajar, a no salir de casa. Le gusta quedarse en Chipiona”.

Así se vivió la presencia de Antonio Tejado

Del mismo modo, se desmiente que las supuestas “tensiones familiares” fueran la causa de su ausencia, ya que Amador Mohedano mantiene un trato cordial con su exmujer, Rosa Benito, siempre que coinciden.

El caso de Antonio Tejado es otro cantar. Su presencia en la confirmación de su hijo mayor sí generó cierta incomodidad, teniendo en cuenta que nadie de la familia de Rosario Mohedano “tiene relación alguna con él. Es que es inviable, pero ese día hubo algo de cordialidad porque no deja de ser el padre”.

Tras las ceremonias religiosas, tanto la familia materna como la paterna acudieron a un restaurante para celebrar los sacramentos, y allí se respiró cierta armonía, lo natural entre adultos felices de ver a los pequeños de la casa en un día tan significativo para ellos.