Ya queda menos para que Tamara Falcó e Íñigo Onieva se conviertan en marido y mujer. Después de una turbulenta historia de amor llena de idas y venidas, finalmente darán el 'sí quiero' el próximo 8 de julio en la finca de 'El Rincón'. La boda de la socialité y el empresario promete ser uno de los eventos mediáticos más importantes del año y, conforme se aproxima la fecha, crece la expectación sobre cómo será el gran día de la hija de Isabel Preysler con el hombre de su vida.

Este sábado, la pareja celebrará la esperadísima fiesta de pedida en la casa de Puerta del Hierro de la 'reina de corazones'. En el hogar de Isabel Preysler se reunirán ambas familias, junto a sus allegados más cercanos, para formalizar, como manda la tradición, el enlace matrimonial. A lo largo de la velada se intercambiarán regalos y vivirán una noche inolvidable, que servirá como antesala para la boda. Los novios no pueden estar más emocionados por la fiesta de pedida y el empresario, en su última intervención pública, ha asegurado que "tenemos todo preparado".

Pero más allá de ser noticia por la boda y sus preparativos, la pareja está en el ojo del huracán mediático estos días por un supuesto aumento de peso de Tamara Falcó, que ha vuelto a hacer saltar todas las alarmas sobre un posible embarazo. Este fin de semana, en el programa 'Fiesta' de Telecinco, el doctor José Manuel Gómez Villar señaló que esto podría ser porque la socialité se estaría sometiendo a "una estimulación ovárica de cara a tener hijos". Y, después de ponerse esta teoría encima de la mesa, Íñigo Onieva ha sido preguntado sobre el asunto. El joven, como siempre, ha hecho oídos sordos y no ha querido pronunciarse sobre ello. "Hasta luego, gracias", ha dicho, sin llegar a desmentirlo.

Aurelio Manzano, por el contrario, aseguró en el anterior programa citado que el aumento de peso de Tamara Falcó se debía a la buena vida que estaba viviendo después de su reconciliación con Íñigo Onieva. Según el periodista, fue la misma socialité la que echó la culpa al empresario porque no han parado de salir a comer y de disfrutar de la buena comida desde que decidieron retomar su romance. Sea el motivo que sea, lo cierto es que la marquesa de Griñón está radiante y feliz por su inminente boda con el empresario y va a cumplir, por fin, uno de los sueños de su vida. Y, en este dulce momento que está viviendo, su aumento o no de peso, seguramente le importe muy poco.