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Divorcio

Irene Rosales, "la otra" en la vida de Kiko Rivera

Tras años de silencios y perdones imposibles, la influencer apuesta por la dignidad y el futuro de sus hijas

Irene Rosales en una imagen de archivo Gtres

Ha aguantado lo indecible, sufría en silencio cuando los medios de comunicación desvelaban las aventuras extraconyugales de su marido, callaba e intentaba mantener la calma que sufría por dentro.

La historia matrimonial de Irene Rosales y Kiko Rivera está marcada por una serie de infidelidades por parte del Dj que han generado un apoyo mediático a la madre de sus hijas fuera de toda duda. Ella es la perdedora, la humillada, para muchos ha sido también «la otra» en la vida sentimental de su ya exmarido.

Pero, siempre discreta, hoy esquiva una situación que, desgraciadamente, era una realidad a lo largo de los años. Quiere un divorcio rápido y una relación cordial con el hijo de Isabel Pantoja por el bien de sus dos hijas. Las pequeñas son la prioridad de ambos, hacen lo posible para que no sufran y mantienen la calma dentro de lo posible para que no sean testigo de escenas desagradables entre sus padres. Porque, según cuenta una persona cercana a Irene, «la pobre ha sufrido muchísimo, ese hombre le ha hecho demasiado daño. Para ella, que salieran a la luz sus infidelidades era una puñalada en medio del corazón. Pero Kiko lo negaba todo a pesar de las evidencias. Y ella perdonaba lo que para otra hubiera sido imperdonable. Hasta que llegó un momento en el que no pudo aguantar más desaires. Y lo mejor que pudo hacer fue pedirle el divorcio a su marido».

Irene Rosales emocionadaMediasetTelecinco

Si revisamos el currículum de infidelidades, encontramos la última conocida. El periodista Saúl Ortiz desvelaba el pasado fin de semana que Kiko mantuvo una historia con una chica de nombre Laura desde 2018: «Se conocieron en Nueva York, cuando él fue allí a presentarse como Dj. Yo estaba allí cubriendo el tema y vi que Kiko hacía una vida normal con ella a la vista de todo el mundo. Se cogían de la mano, tenían una gran complicidad… En aquel momento ya estaba casado con Irene. Yo le pregunté por el tema y me contestó que no podía evitarlo, me dijo: “¿Pero tú la has visto? Es como Shakira”».

Siguieron viéndose en distintos lugares a lo largo de los años y podrían seguir manteniendo contacto a través de sus redes sociales por privado. El pasado martes salía a la luz una nueva relación extramatrimonial. Alba Muñoz, ex de Antonio Tejado, confesaba que «lo que comenzó como una amistad ha acabado en una relación de tres meses con Kiko. Creo que ese hombre nunca ha estado enamorado de Irene». Y le manda un mensaje a la influencer: «Sigue adelante y sé feliz. Se la ve una buena niña…». El hijo de Isabel Pantoja, a decir de Alba, «me buscó cuando estaba con Irene Rosales, y creo que tenía a otras chicas en cartera».

Y una posible tercera relación descubierta por el colaborador de «Fiesta» Ricky García, quien reveló que una mujer, Luz María, que trabajó en la grabación de un videoclip de Rivera, vio cómo este último mantenía actitudes muy cercanas con otra chica que intervenía como figurante.

Relaciones constantes

También en 2018, el protagonista de este reportaje se encaprichó de una mujer de origen marroquí residente en París durante una reunión de Dj’s en la República Dominicana. El mismo lugar en el que tiempo antes le pillaron subiendo a la habitación de un hotel con una isleña.

En el verano de 2015, cuando Kiko ya era novio de Irene, el programa «Sálvame» revelaba un «affaire» con la camarera Carmen González, madre soltera, que contó su historia con el Dj en un plató de televisión, algo que él siempre ha desmentido.

Todo esto demuestra que Kiko Rivera es incapaz de ser fiel a una sola mujer, sus deseos carnales están por encima de los sentimientos. Eso sí, sabe rodearse de amigos que le tapan sus escarceos amorosos, es como un pacto de silencio que todos tienen muy claro. Si su representante, Fran, amigo del alma y confidente, hablara algún día, cosa poco probable, se destaparían, seguramente, otras infidelidades que a día de hoy permanecen en secreto. Dicen que entre Fran e Irene nunca hubo la menor sintonía, quizá porque ella sospechaba que el manager le ocultaba los episodios más escabrosos de la vida de su esposo. Irene ya ha dejado claro a sus íntimos que no cabe lugar a una reconciliación.