El peor susto
Jesulín de Ubrique narra, con todo lujo de detalles, qué sintió al sufrir la angina de pecho
El torero ha desgranado los detalles de su paso por el hospital de este fin de semana, donde fue ingresado de urgencia
El pasado fin de semana se mascó la tragedia, aunque por fortuna todo ha quedado en un susto que Jesulín de Ubrique parece haberse tomado muy en serio. En la madrugada del sábado acudía de urgencia en el hospital Regional de Málaga, donde era rápidamente ingresado aquejado de lo que después le informarían que era un amago de infarto. El domingo recibió el alta hospitalaria y regresó a la comodidad de su hogar, pero el lunes tenía una cita con su cardiólogo para someterse a una batería de pruebas urgentes para determinar qué le ha sucedido y cómo encontrarle solución.
Todo eran dudas cuando el lunes se enfrentaba a las preguntas de los reporteros: “Ahora me encuentro un poco cansado. Me han dicho que tenga reposo, que esté tranquilo y, bueno, dependiendo un poco de cómo vaya saliendo todo, los resultados de las analíticas y de lo que me han ido pidiendo, pues así se irá todo regulando”, trataba de mostrarse positivo, aunque sin demasiada información a la que aferrarse. Ahora, ha vuelto a tomar la palabra, eso sí, a través de una entrevista con su revista de cabecera, ‘Hola’, a la que aclara que lo que le llevó al hospital fue una angina de pecho, aunque en un primer momento se hablase de que sufriese un microinfarto: “Recuerdo que empecé a sentir un malestar general. Me encontraba fatigado, con ganas de vomitar y sentía unos fuertes pinchazos en el cuello, como si me estuviesen dando palos sin piedad. Yo pensaba que era debido a una contractura muscular, pero, a las tres y media de la mañana, los dolores comenzaron a ser cada vez más intensos. Era un dolor que no sabría describir”, comienza a relatar cómo fue su fin de semana en el hospital.
El torero decidió acudir a un centro de salud solo, conduciendo su propio vehículo y sin alertar a María José Campanario de su malestar. Ahí le trasladaron al Hospital Regional de Málaga, al percatarse de que sus síntomas eran muestra de algo más grave. Así fue, se le diagnosticó una angina de pecho ante una insuficiencia del flujo sanguíneo al corazón, lo que supone una enfermedad propia de las arterias. Esto condicionará su vida a partir de ahora, teniendo que medir con cuidado su alimentación y también confiando en el deporte como su mejor aliado, como así ha sido a lo largo de su vida, aunque en los últimos tiempos se haya relajado un poco.
Pero seguramente haya aprendido del susto que le ha llevado a un hospital. Al menos Jesulín de Ubrique no oculta que se ha llevado “el susto más grande de mi vida”, justo cuando está saboreando las mieles de ser padre de nuevo, mientras sus hijas mayores cosechan triunfos académicos y profesionales de los que sentirse orgulloso. También de su mujer, María José Campanario, que permaneció ajena a las primeras horas de calvario de su marido. Ahora que parece que la vida les sonríe, aunque sigan aguantando las embestidas de Belén Esteban, pero con más trabajo en televisión y con muchas ilusiones en el horizonte: “No esperaba que pudiera pasarme algo así, me he llevado el susto más grande de mi vida. Le he visto las orejas al lobo”. Eso sí, no le han quitado las ganas de pisar de nuevo el albero y enfrentarse al toro, como así está dispuesto a hacer el próximo 18 de septiembre: “Ya le he preguntado al doctor si podría torear el día 18. Aunque la vida ya me ha dado toques con las cornadas de los toreos y el accidente de coche, no paro, soy un poco polvarilla”, bromea, aunque sus seres queridos le recomendarán que se lo tome muy en serio y siga las recomendaciones de los médicos.
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