
Antienvejecimiento
Una segunda juventud con la testosterona
Las «celebrities» piden pellets hormonales, pero la fórmula magistral está suspendida en España

Dicen que la verdadera esencia se guarda en frascos pequeños y nada lo puede ilustrar mejor que los pellets hormonales que nos muestra Antonio Posada, ginecólogo y oncólogo mexicano, en la palma de su mano. Son minúsculos, casi como granitos de arroz, discretos y prometedores: contienen hormonas idénticas a las que produce nuestro organismo y la razón de por qué tantos magnates tecnológicos, políticos, celebridades y anónimos pasean, o eso dicen, sus 60, 70 u 80 años con la alegría de los 30.
«Las hormonas bioidénticas tienen la misma estructura molecular que las humanas. En México se usan desde hace unos 15 años. Como ginecólogo y oncólogo, me formé con una estructura muy rígida y convencional, pero hace diez años empecé a estudiar las hormonas bioidénticas en el manejo de medicina regenerativa y la longevidad y descubrí un tipo de medicina más funcional, preventiva e integral», explica sin soltar uno de ellos.
Menos reacciones adversas
Se trata de pequeños implantes subcutáneos, en una capa superficial de la piel, que van liberando gradualmente la hormona biológicamente idéntica de un modo similar a como lo haría nuestro organismo. «No causa dolor y solo requiere una leve anestesia local. Se ajustan con precisión a las necesidades de cada paciente y ofrecen mejor tolerancia y menos reacciones adversas que los preparados sintéticos estándar», confirma en Madrid la doctora Rebecca García, que nos recibe en su clínica de Madrid.

Se licenció en Medicina en la Universidad de Granada y se especializó vía MIR en Aparato Digestivo. Después de una larga estancia en Estados Unidos, donde conoció el tratamiento de optimización hormonal, volvió como una de las pioneras a nivel europeo en este tipo de terapias antienvejecimiento en sus Clínicas Life, dedicadas a la salud, el bienestar y la mejora física y psicológica. «La clave no es vivir más, sino mejor. Añadir vida a los años, conseguir que el tiempo pese menos», avanza. Existen diferentes caminos, el principal es la terapia de reemplazo hormonal en hombres y mujeres, ajustar las hormonas para devolvernos la energía, el deseo sexual y el bienestar.
No es estética, pero se filtra hacia afuera
«La medicina personalizada, acompañada de unos hábitos saludables, marcan la diferencia entre envejecer y envejecer bien, con calidad de vida. Se trata de una medicina de precisión de formulación magistral para responder de la forma más exacta, tanto en dosis como en tiempo de duración, a las necesidades de cada paciente», detalla. No es estética, pero cuando las hormonas encuentran su equilibrio, esa armonización se filtra hacia afuera y se refleja en la capacidad de vivir con plenitud, en la libido, en la piel… «Las terapias de reemplazo hormonal consiguen una mejora integral en su salud y bienestar. Hombres y mujeres experimentan menos ansiedad, mejor estado anímico y mayor excitación erótica y apetito sexual».

Una de estas hormonas es la testosterona. «Aunque tradicionalmente se ha etiquetado como hormona masculina, está presente también en mujeres –en niveles más bajos–, y su déficit es responsable, igual que en los hombres, de un descenso de la libido, entre otros problemas, la famosa crisis de los cuarenta. Mantener la testosterona en niveles óptimos permite el equilibrio del resto de hormonas y la regeneración celular».
La doctora García lo explica bien y con un lenguaje muy divulgativo. Devolver el cetro a la testosterona supone un cambio radical. Esta hormona influye positivamente en aspectos como la energía, la masa muscular, el estado de ánimo y la libido. Si es hombre, unos niveles bajos también producen problemas de memoria, concentración, falta de fuerza de voluntad... Y en el caso de la mujer, se amplían a su estado anímico (con tendencia a la tristeza), los huesos son más débiles y hay una clara falta de deseo y pensamientos sexuales. «También en exceso puede ser motivo de trastornos, como el síndrome de ovario poliquístico», advierte.
Lo chocante es que su aplicación con pellets, a pesar de la legión de entusiastas, en España se encuentra en una situación de «impasse». La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) no ha aprobado los pellets hormonales como fármacos y, a principios de 2025, ordenó su retirada del mercado por problemas de calidad, eficacia y seguridad en su fabricación y administración. Eliminó todas las unidades de estos pellets de testosterona y estradiol de dos farmacias de la Comunidad Valenciana que los elaboraban para toda España e impidió su producción.
Un limbo legal
La AEMPS informó que había tenido notificación de sospechas de reacciones adversas, aunque admitió que no se podían atribuir a los implantes como factor causal. Desde Valencia, el farmacéutico Fernando Barrachina, uno de los autores de estas fórmulas magistrales, nos indica que ha recurrido esta suspensión cautelar de elaboración de pellets que ha dejado a miles de pacientes en toda España sin el tratamiento hormonal.
«No hay una certeza en las deficiencias que se han reportado y tampoco nos han aportado más información. La suspensión es un síntoma del descuido en la prevención de la enfermedad por parte del Ministerio de Sanidad. Confío en que la ministra Mónica García reconsidere su postura, indica García. Ángel Durántez, médico pionero en España de la Medicina Preventiva Proactiva y la Medicina para el Envejecimiento Saludable, apoya el uso de estas hormonas naturales en la evidencia científica. «No entiendo la controversia. En otros países se están administrando con muy buenos resultados médicos», declara. Algunas fuentes consultadas nos indican que, más que por el tratamiento en sí, lo que se quiere evitar es el mal uso que han hecho de la terapia algunos médicos sin formación.
Como reemplazo hormonal en la menopausia, los pellets llevan casi todas las hormonas. «Las hormonas femeninas –justifica Posada–, tienen unas 300 funciones en el organismo. Cuando se pierden, se ven afectadas esas funciones importantes, desde la parte cognitiva o el estado de ánimo hasta la pérdida de masa muscular y ósea. También los niveles de colesterol, triglicéridos, la respuesta sexual o la metabolización de las grasas».
Frente al escepticismo del Gobierno, Posada, Durántez y García coinciden en que la pérdida hormonal no tiene ningún beneficio para la salud. «Es un deterioro progresivo, acelerado e irreversible cuando no se suplementan sus hormonas». Y recuerdan que las sociedades de ginecología y menopausia en todo el mundo están de acuerdo en que la peor opción «es no darle nada».
La testosterona es tendencia
Los pellets hormonales se ofrecen como tratamientos en clínicas privadas en países como Estados Unidos, aunque la FDA no los reconoce como medicamentos estándar. En Suiza e Italia, se administra en centros especializados como parte de sus programas de medicina funcional y antienvejecimiento.
De lo que no cabe duda, aparte del debate sobre los pellets, es que los tratamientos de testosterona están de moda. Las ventas se disparan y ya no son solo los famosos o los influencers los que se hacen eco de sus beneficios, como alcanzar más “poderío” sexual o aumentar la intensidad en las rutinas del gimnasio. Los expertos consultados advierten de que tanto los pellets como las otras formas de hacer llegar la hormona a través de crema o inyecciones, requieren de un análisis médico para calibrar que el paciente es adecuado para el tratamiento. Como en todas las terapias, aunque a esta la llamen «elixir de la eterna juventud» o el «chip prodigioso», también puede tener sus inconvenientes. Siempre hay que ponerse en manos de un profesional que asesore de manera correcta y sepa qué es lo que le falta a cada paciente.
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