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Victoria Federica pasea su bronceado veraniego en esta bestia de más de 200.000 euros

La hija de la Infanta Elena y Jaime de Marichalar presume de un cochazo que cuesta lo mismo que un piso medio de dos habitaciones en España

Victoria Federica de Marichalar en un coche @vicmabor

Victoria Federica de Marichalar está viviendo un verano sorprendentemente discreto, al menos en lo que a flashes y titulares se refiere. No es que la aristocracia se haya vuelto tímida de repente, pero este año la sobrina del Rey parece haber decidido que el misterio también puede ser una estrategia de marca personal. En lugar de las habituales estampas de postureo en Marbella, Ibiza o Formentera, nos encontramos con un inquietante silencio digital, apenas roto por alguna que otra imagen cuidadosamente elegida. Que no cunda el pánico: Victoria no ha renunciado al foco, solo lo dosifica.

La joven royal, que hasta hace poco coleccionaba photocalls como si fueran cromos, apenas ha sido vista en los saraos estivales que tanto disfruta. ¿Dónde se esconde la hija de la Infanta Elena y Jaime de Marichalar? Nadie lo sabe a ciencia cierta, pero dondequiera que esté, lo hace a bordo de un vehículo que dice mucho más que cualquier story de Instagram: un Land Rover Defender Octa, una bestia de la carretera valorada en nada menos que 210.000 euros, lo mismo que cuesta un piso medio de dos habitaciones en España.

El Defender Octa no es un coche, es una declaración de intenciones. Motor V8 biturbo de 4.4 litros -cortesía de BMW-, 635 caballos de fuerza, 750 Nm de par (que pueden ser 800 con Launch Mode, por si hace falta escapar rápido del famoseo), suspensión 6D Dynamics, frenos de alto rendimiento y un diseño que grita “tengo presupuesto”. Todo ello, envuelto en un interior que mezcla lujo británico con tecnología de última generación. Un tanque VIP pensado tanto para trepar por rocas como para aparcar con estilo frente al restaurante de moda.

Eso sí, por ahora el flamante Defender no ha conocido más aventura que las gloriosas curvas de la costa mediterránea. Ni rastro de caminos rurales ni rutas de montaña: más que todoterreno, el coche ejerce de todopose, acompañando a Victoria entre chapuzones, bronceado y menús gourmet. Impecable, brillante, sin una mota de polvo, como salido de un concesionario de lujo con destino directo a las redes sociales.

Con una fuente de ingresos que parece basarse exclusivamente en colaboraciones publicitarias y contenidos patrocinados, la adquisición (o cesión, quién sabe) del Defender Octa convierte a Victoria Federica en una influencer de altos vuelos y neumáticos premium. Por ahora, se limita a conquistar la geografía del asfalto chic, pero quién sabe si un día cambia el desfile de looks por una ruta de barro. Coraje ya demostró tener en "El Desafío"… ahora solo falta que lo saque del garaje.