Hogar

Guía para el mantenimiento de la caldera: cada cuánto tiempo hay que revisarla, precio, tipos y normativa

Las inspecciones en los hogares son un filón para los estafadores, ¿qué debemos saber antes de abrir la puerta al técnico?

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La directiva europea reduce los subsidios en 2026 a estas instalacioneslarazonEUROPA PRESS

Solo nos acordamos de la caldera en dos momentos, cuando no funciona el agua caliente o la calefacción y cuando llega el recibo del gas. El confort térmico de los hogares es uno de los indicadores que determinan la calidad de vida de las familias. Para lograr una temperatura agradable en casa no solo es importante un correcto aislamiento de las puertas y ventanas, sino que también es fundamental llevar un control del estado de la caldera. Esta supervisión del sistema de calefacción es recomendable y obligatoria, pero ¿cada cuánto tiempo hay que hacerla? La periodicidad dependerá principalmente de la potencia térmica.

Revisión obligatoria de la caldera de gas

El Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE) fija la obligatoriedad de realizar operaciones de mantenimiento preventivo cada dos años en instalaciones de hasta 70 kW, las más habituales en España. En el País Vasco este periodo se reduce a un año. El objetivo de las revisiones obligatorias es asegurar que el funcionamiento de las instalaciones térmicas “se realice con la máxima eficiencia energética, garantizando la seguridad, la durabilidad y la protección del medio ambiente”, según recoge la normativa.

Esta revisión la tiene que solicitar el propietario de la caldera, por lo que puede elegir el técnico que desee para hacerla. Es decir, no tiene por qué ser un profesional de la empresa suministradora del servicio o del fabricante de la caldera. En cualquier caso, las compañías energéticas suelen ofrecer planes de mantenimiento que incluyen la revisión del aparato, así como posibles averías.

Endesa, por ejemplo, ofrece el servicio OKGas, que incluye un diagnóstico inicial, revisiones anuales y reparaciones ilimitadas por 11,57 euros al mes (los dos primeros años están bonificados con un descuento del 20% que deja la tarifa en 9,26 euros al mes). Los clientes de Iberdrola que tengan contratado el Pack Mantenimiento Gas tienen garantizada la cobertura de la caldera por 10,83 euros al mes.

Por su parte, Naturgy ofrece este servicio en su paquete Servigas Complet. Reparación urgente en menos de 3 horas, garantía de 6 meses en reparaciones, revisión de la caldera e inspección periódica por 9,89 euros al mes durante el primer año (después 11,65 euros al mes).

Los dueños de la caldera también pueden optar por contratar un técnico independiente si preferen renunciar a la seguridad que aportan los servicios de mantenimiento. En este caso, solo pagarán la revisión y las posibles averías y no tendrán que afrontar el pago mensual de una tarifa que a la larga puede implicar un mayor coste.

Inspección de la instalación

La inspección de la instalación térmica y de gas también es obligatoria y es diferente a la revisión de la caldera. En este caso se debe realizar cada cinco años, excepto en País Vasco, que se hace cada cuatro. En la inspección se examinan las tuberías, las llaves o el contador, entre otros elementos, mientras que en la revisión se comprueba el estado de la caldera.

Ojo, porque los delincuentes se aprovechan del desconocimiento de los ciudadanos para entrar en los domicilios y robar haciéndose pasar por falsos técnicos de gas. El titular del contrato de gas no tiene que solicitar la inspección, pero los técnicos no llegarán al domicilio sin previo aviso. La empresa distribuidora debe ponerse en contacto con el titular con una antelación mínima de tres meses. Además, el cliente no tiene que pagar el servicio en mano al técnico, sino que será la empresa energética la encargada de pasar el importe de la inspección en el siguiente recibo.

El coste total se desglosa en unos gastos de gestión, fijados por el Gobierno, que ascienden a 15,49 euros (impuestos incluidos), más el coste de la inspección de gas. Si la revisión la realiza la empresa distribuidora, existen unas tarifas máximas establecidas en cada comunidad autónoma. En cambio, el propietario la hace con una empresa instaladora autorizada, los precios son libres.