El alcalde de Barcelona participó el sábado en la celebración de los 125 años del Conservatorio Municipal, donde emplazó a los ciudadanos a cultivar el arte de la música. Y ayer, además de descubrir una placa en memoria de la escritora Mercè Rodoreda, en la calle donde nació, Manuel Angelón, e inauguró con fastos y brillo el Museo de las Ciencias Naturales, en el edificio triangular del Fórum.

Hereu apuesta por la cultura como elemento para distinguirse del resto, pero, sobre todo, para desmarcarse de CiU en la contienda electoral. El mundo de la cultura está disgustado con los convergentes que, al frente del Govern, han anunciado severos recortes en inversiones culturales. Unas 80 asociaciones del sector se han agrupado bajo el paraguas de la plataforma «No retalleu la cultura», que hace una semana se manifestó para que no se reduzca el presupuesto en el área de Cultura, porque el anterior ya era insuficiente.

Mientras el nuevo Govern irrita al sector, Hereu se ha apresurado a lanzarle un guiño, con gestos y palabras. Primero, sacó pecho ante el conseller de Cultura, el ex socialista Ferran Mascarell, con quien acordó que el Ayuntamiento avanzará 10 millones de euros para que los recortes no afecten a equipamientos culturales de la ciudad. Y, para mostrar la importancia que quiere dar al capítulo de la cultura, ha fichado a la escritora Rosa Regàs, como número cinco de su lista electoral, con la idea de que represente lo que Maria Aurèlia Capmany simbolizó en el Ayuntamiento de Barcelona durante los años 80. Además, ha situado de número siete al actual concejal del ramo, Jordi Martí, y cierra la lista con Joan Estrada, la escritora Ana María Moix y el arquitecto David McKay. Hereu alega que la cultura no es un coste, sino la mejor inversión para la ciudad, defiende que es un motor económico y herramienta de cohesión social.