Convenios colectivos

Zapatero llamó a Rosell para que firmara «in extremis»

Moncloa daba ya por hecho que los agentes sociales no conseguirían cerrar un acuerdo de reforma de negociación colectiva.

La Razón
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Es por eso que el Ejecutivo ya tenía redactado, como adelantó LA RAZÓN, su proyecto de reforma de los convenios que aprobará el próximo 10 de junio, basándose en gran parte en los avances que fueron logrando sindicatos y empresarios durante cuatro meses y medio de encuentros, hasta que el pasado lunes descarrilaron las negociaciones. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, desveló ayer que llamó al presidente de la patronal, Joan Rosell, para expresarle la importancia de alcanzar a un acuerdo, que finalmente no llegó. En una entrevista a RNE, Zapatero insinuó que la CEOE esperó a que pasaran las elecciones del 22 de mayo para endurecer su posición ante los sindicatos. «Yo constato un dato. La CEOE se comprometió a enviar un documento de negociación el viernes 20 y lo hizo el lunes 23. ¿Por qué lo hizo? Es una pregunta que debe responder la patronal», añadió.

Al Gobierno no le queda otra que legislar y en lo referente a la renovación de convenios, el proyecto de ley fijará plazos máximos de negociación en los que el convenio antiguo estará vigente. Transcurrido ese plazo, que cada sector concretaría en los convenios superiores a la empresa, ambas partes tendrían que acudir a la mediación y arbitraje para resolver el conflicto. La fórmula del mediador y arbitraje ya había sido pactada por sindicatos y patronal. Sin ella, el convenio está en vigor indefinidamente, como sucede ahora hasta que se renueva. El Ejecutivo permitirá también que las compañías que se rijan por convenios sectoriales podrán, incluso en plena vigencia de ese marco superior, abrir uno de empresa. El texto gubernamental pone coto también al absentismo laboral y otorgará un mayor protagonismo a las mutuas de accidentes de trabajo en el control de las bajas por enfermedades comunes, como requería la CEOE.