«Todos somos esenciales para crear valor. Lo importante es liderar y aprender». Éste es el lema corporativo de Boehringer Ingelheim, un laboratorio farmacéutico de origen alemán pero que ha hecho de España uno de sus pilares de expansión. De hecho, nuestro país, junto con Austria fueron los dos primeros destinos en los que esta empresa del sector decidió salir de su nido. Eso fue en 1952, con Cataluña como base de operaciones. Empezaron en la calle Pau Alcover de la Ciudad Condal, y fue evolucionando hasta que en el año 1999 inauguró un nuevo centro de producción de especialidades farmacéuticas en Sant Cugat del Vallès, donde se fabrican ampollas, viales, cápsulas, jarabes y liofilizados. Su director general es Manuel García Garrido y atrás, muy atrás, queda Albert Boehringer, padre de la empresa, cuando en 1885, en Bingelheim am Rhein (Alemania), vio la luz el primer producto elaborado por la compañía, el ácido tartárico, para el que pronto se crearía un amplio mercado debido a sus aplicaciones en la industria textil y alimentaria. De aquella primera plantilla de 28 trabajadores se ha pasado a un auténtico gigante, entre los veinte más grandes del mundo y entre los diez más importantes de nuestro país. Su especialidad es la innovación en el campo humano y en el animal. Comercializa una gran variedad de fármacos para el tratamiento de enfermedades, como son antitusígenos, antisépticos bucofaríngeos, laxantes, vitaminas o descongestionantes nasales. A la cabeza, en fin, de la industria y de la investigación. Al fin y al cabo es su lema: liderar y aprender.