Alerta «Roja»

Faltan 38 días y unas horas para que dé comienzo el Mundial de Suráfrica. Quedan tres jornadas para que terminen la Liga y la «Ligue 1». La «Bundesliga» y la «Premier» están a un partido del cierre y el «Calcio», a dos. Xavi, cerebro de la selección, alma azulgrana, el más grande entre los pequeños y los más grandes, tiene un problema en el sóleo. Juega con dolor, arriesga, la rotura fibrilar le acecha. Los entrenadores exprimen a los jugadores, les exigen el último esfuerzo, la agonía, y las últimas gotas de sangre y de sudor. Algunos lo entregan todo, se vacían, a riesgo de romperse o de lesionarse más. La ausencia de éstos due- le más porque suelen ser los mejores. En cambio hay otros jugadores, sospechosos habituales, que llevan grabado a fuego el escudo nacional en el pecho y el del club en la cartera. Son los que aflojan, evitan el subidón del ácido láctico y aprovechan el más leve pinchazo para borrarse; simulan lesiones inescrutables, dolores ilocalizables, padecimientos varios y enfermedades que ni siquiera existen en el trópico. «Estoy malito». Demuestre usted que no. Y los galenos, patidi- fusos. Es lo que hay cuando el fútbol roza el umbral de la cita más importante. Y los seleccionadores, sumidos en un sinvivir, botan cuando suena el teléfono y elevan plegarias para agotar cuanto antes este cáliz. Faltan 38 días: Cesc está lesionado, como Iniesta y Torres. Los tres agotan el periodo de rehabilitación y confían en recuperarse. Quieren ir a Suráfrica; Del Bosque los quiere con él. Son tres bajas importantes; la de Xavi, cuídate, sería trascendental. «La Roja», la selección de los mejores presagios, se encuentra en alerta ídem.