Cuenca

Moral del Teatro Real al Ministerio

El INAEM encarga al director del Real un nuevo Centro de Música Nacional
El INAEM encarga al director del Real un nuevo Centro de Música Nacionallarazon

Habrá que aprenderse estas siglas: CNDM. Corresponden al futuro Centro Nacional de Difusión Musical, una entidad dependiente del Ministerio de Cultura que fue presentada ayer a la Prensa. La nueva «criatura» agrupará a tres organismos del Inaem (el Instituto Nacional de las Artes Escénicas y la Música) hasta ahora independientes entre sí: el Auditorio Nacional, el Centro para la Difusión de la Música Contemporánea (CDMC) y el Centro Nacional de Músicas Históricas de León (CNMH). Y al frente de este nuevo macro-organismo que dará sus primeras bocanadas en octubre, Félix Palomero, director general del Inaem, ha colocado a un fichaje sorprendente: Antonio Moral.

Sin concurso abiertoEl todavía director artístico del Teatro Real tenía los días contados en la casa de la ópera –su contrato acaba el 31 de agosto– con la llegada de Gérard Mortier. En los círculos musicales se especulaba sobre los posibles destinos del director artístico, pero las apuestas iban descaminadas. Moral acompañó ayer a Palomero en la presentación del CNDM, una entidad nacida, según explicó el segundo, de «la necesidad de optimizar recursos humanos y presupuestarios», más aún en tiempos de crisis, y con idea de «aplicar criterios homogéneos en política de precios, convocatorias, comunicación...». También para lograr una mayor «descentralización» de las políticas musicales, con acuerdos entre festivales y coproduccionesA pesar de haber abierto un concurso público para relevar a Nacho Duato al frente de la Compañía Nacional de Danza ,y de tener previsto hacer lo propio con otras unidades de producción del Inaem, el nombramiento de Moral no ha pasado por un proceso similar. La explicación de Palomero reside en que el CNDM será un «centro de gestión», no «de producción».Moral (Puebla de Almenara, Cuenca, 1956) aseguró hallarse «contento de estar en un nuevo escenario», y explicó que se trata de un proyecto «de un enorme interés: trabajar con músicas menos conocidas es algo infrecuente». Y es que, desgranó sin entrar en demasiados detalles, «hay músicas que, por una serie de circunstancias, no han encontrado su sitio en el repertorio. Muchas de ellas no son conocidas. El repertorio todos sabemos cuál es, el que normalmente se hace en todos los ciclos de conciertos. La gran ventaja de un proyecto de estas características es que, al no desarrollarse desde una entidad privada, puede asumir riesgos que un empresario no suele permitirse: el Ministerio de Cultura puede sacar a la luz nuevas obras, potenciar estrenos y llegar a otros públicos». El fundador de la revista «Scherzo» y del Festival Mozart de La Coruña, y ex director de la Semana de Música Religiosa de Cuenca antes de llegar al Real, firmará en breve el contrato, que será de duración limitada, aunque ayer no se desveló por cuánto tiempo. Moral pensaba tomarse un año sabático al dejar el Real, pero hace quince días supo de este proyecto y dio el «sí». Ha prometido dar más detalles a finales de año sobre su gestión y programación, que abarcará los ciclos «propios» del Auditorio Nacional, no así la programación de la Orquesta y Coros Nacionales.El CNDM, que tendrá su sede principal en el Auditorio Nacional, en realidad fusiona sólo a dos entidades jurídicas (Auditorio y CDMC), ya que el Centro de las Músicas Históricas no tenía presencia legal aún. Las tres entidades «fusionadas» continuarán con sus sedes y actividades, aunque bajo una única gestión. Así, habrá conciertos en el Museo Reina Sofía (donde suele programar sus ciclos el CDMC) y en León, además de otros espacios.

López López, cesadoLa creación del Centro Nacional de Difusión Musical ha supuesto además un cambio y un cese: el primero es Jorge Fernández Guerra, que pasa de estar al frente del Centro para la Difusión de la Música Contemporánea a hacerse cargo del Festival de Alicante (que ya dependía del CDMC). El cese es el de José Mauel López López: el compositor pierde su cargo en la dirección artística del Auditorio Nacional, donde tuvo encontronazos con programadores de ciclos privados, como Promoconcert.