Montoro muestra sus avales: 230000 empleos durante la etapa de Aznar

Sevilla- No hay mejor carta de presentación para un político que los datos. Por ello, el número uno de la lista del PP al Congreso por Sevilla, Cristóbal Montoro, echó mano ayer de las cifras de creación de empleo durante su etapa en el Gobierno de Aznar para convencer al electorado de que la opción de los populares es la «más fiable» para luchar contra el desempleo.

En concreto, en 1996, cuando el PP se alzó con su primera victoria, había 420.000 ocupados en la provincia de Sevilla –según la Encuesta de Población Activa– y en 2004 más de 650.000. Por tanto, se crearon 230.000 empleos mientras Aznar ocupó la Moncloa. También recordó que en 1976, 20 años antes de la llegada de los populares al Gobierno, había tan sólo 400.000 ocupados. Estas cifras vienen a corroborar que «Sevilla es una ciudad con una gran capacidad emprendedora» y que «tan sólo hay que estimularla».

Sobre el hecho de encabezar la lista popular por la provincia, subrayó que es un «privilegio» y un «desafío personal», puesto que estuvo en el Ejecutivo de Aznar, está en la oposición y ahora aspira a volver a formar parte del Gobierno.

Sus recetas en materia económica son claras. Por una parte, «hacer nuestra casa más grande». «Esto sólo se consigue desde el centro político», por lo que invitó a las personas que tradicionalmente votan al PSOE a que se sumen al proyecto político de Mariano Rajoy. Por otro lado, apostó por sacar partido no sólo a Sevilla capital, sino a los municipios de la provincia que, en muchos casos, superan en número de habitantes a otras ciudades medias españolas.

«Contamos con un proyecto político de confianza, con experiencia y basado en reformas, teniendo como principal referente la creación de empleo», agregó Montoro, quien reconoció que «no tenemos fórmulas mágicas, pero no vamos a defraudar».

Durante su intervención en el Foro Antares, Montoro enumeró las reformas que llevará a cabo el equipo de Rajoy si éste finalmente accede a la Presidencia del Gobierno. «Tenemos que desarrollar las reformas que le conviene a España y no las que nos quieren imponer», insistió, además de destacar la «capacidad y voluntad» del país para materializarlas. De entre las más urgentes, destacó la reestructuración de las entidades bancarias «buscando la eficiencia y que el crédito vuelva a fluir». También consideró «necesaria» una reforma del sector público, con el objetivo de que «no se produzcan duplicidades y que sea la administración más eficiente la que preste el servicio».

En esta misma línea apostó por una reforma tributaria que suponga una bajada selectiva de los impuestos. «Hay que bajar el IVA de los servicios y del turismo para poder competir con el IVA de Francia u otros países mediterráneos», recalcó, al igual que una desgravación fiscal por la compra de la vivienda.

En el plano laboral, sugirió una nueva reforma que tenga como eje fundamental la negociación colectiva. «Los salarios se deben acercar a la realidad de las empresas», afirmó.