Cataluña

La perfección militar para salvar una vida

El pasado domingo, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, recibió una llamada de su homólogo francés, Nicolas Sarkozy. No era la crisis económica el motivo de la misma, ni una operación antiterrorista. Era la perfecta operación llevada a cabo por la Unidad de Guerra Naval Especial de la Armada para liberar a una ciudadana francesa.

La perfección militar para salvar una vida
La perfección militar para salvar una vidalarazon

Motivos tenía el presidente galo para levantar el teléfono y felicitar a Zapatero por la operación de unos pocos hombres en medio del Índico. Unos especialistas que trajeron a la vida a quien las propias autoridades francesas daban por muerta.

Un buque alemán dio la alerta de lo que parecía ser un secuestro y el «Galicia» se dirigió a la zona, enviando su helicóptero por delante. Al entrar en contacto con el esquife sospechoso, la tripulación de la aeronave constató que efectivamente se trataba de un secuestro. Un pirata encañonaba a la rehén. Tras recibir las órdenes pertinentes, y con el permiso de las autoridades francesas, abrió fuego por la proa de la embarcación para obligarla a detenerse. Caso omiso. Los piratas, siete en total, decidieron responder al helicóptero de la Armada con sus armas sin alcanzar su objetivo. El constante movimiento de la embarcación y la escasa preparación de los corsarios desviaban los disparos lejos del objetivo.

Vista la resistencia de los secuestradores, el tirador de élite de la Unidad de Guerra Naval Especial embarcado en el helicóptero abrió fuego con su fusil contra el motor del esquife. Aunque están entrenados para este tipo de disparos, hacerlo desde una aeronave en movimiento contra una barca en medio de un mar agitado a unos cien metros entraña suma dificultad. Inutilizado el motor con el primer disparo, los piratas sacaron el de repuesto para proseguir su huida, mientras trataban de repeler el acoso de los marinos españoles. El tirador volvió a cargar y otra vez dio en el blanco.

Una vez que se quedaron sin posibilidad de avanzar, los captores trataron aún de resistirse, pero con la agitación del momento y los constantes movimientos hacia los lados del esquife, éste terminó por volcar. Inmediatamente, el jefe de la Unidad de Guerra Naval Especial se lanzó a un agua que, además de agitada, suele tener la incómoda presencia de tiburones, para rescatar a la rehén francesa, cuyo marido había sido asesinado por los piratas. La mujer fue sacada de la zona con el propio helicóptero. Los secuestradores tuvieron que esperar en el agua a que llegara una embarcación del buque «Galicia» para ser llevados al navío, donde fueron atendidos y retenidos hasta poder entregarlos a las autoridades francesas.

Con ese traslado al buque, y con tres de los siete piratas heridos, se culminó la primera operación de rescate de rehenes de la misión «Atalanta», que se salda sin víctimas entre los secuestrados. Limpia, rápida y tremendamente eficaz. Fuentes militares subrayaron a este periódico la dificultad operativa de un rescate como el llevado a cabo por la Unidad de Guerra Naval Especial. Primero, por la rapidez con la que se ejecutó; segundo, por la limpieza, por el hecho de que no se produjeran víctimas mortales y pese al intercambio de disparos y la situación tan inestable; y tercero, por la precisión, por la eficacia de los disparos del tirador desde un helicóptero contra un esquife en movimiento. La perfección para salvar una vida casi perdida.


Un olvido real y un discurso bilingüe
La ministra de Defensa, Carme Chacón, inauguró el martes el curso en la escuela de suboficiales del Ejército de Tierra, en Talarn, Lérida. Lo hacía con las novedades de un ejercicio lectivo en el que los suboficiales tendrán cursos de especialización y perfeccionamiento, además de una nueva especialidad en protección civil y emergencias. Al acto acudió el subsecretario de Estado de Defensa, Vicente Salvador Centelles, y el jefe de Estado Mayor del Ejército, el general Fulgencio Coll, además de varios alcaldes de la zona. En su discurso, la ministra destacó las bondades de este nuevo curso y los beneficios que su juicio tendrán los nuevos suboficiales.
Pero también tuvo unas palabras para los alcaldes allí presentes... en catalán. Tras defender por activa y por pasiva en los últimos días el modelo de inmersión lingüística de Cataluña, pese a la sentencia en contra del Tribunal Superior de Justicia catalán, el martes decidió emplear ambas lenguas durante su alocución, según confirmaron fuentes militares presentes en el acto. Éstas, además, confirmaron que la titular de la cartera de Defensa se «olvidó» de brindar por Su Majestad el Rey como es tradicional en los actos castrenses, algo que hasta ahora no le había sucedido. Acto seguido, la ministra se marchó a una comida con sus compañeros de partido del PSC dejando allí a su comitiva. El monte frente a la academia de Talarn lucía hasta el año 2005 el lema «A España servir hasta morir» en letras blancas. Fue eliminado.