Castilla y León

El hijo y el nieto de Cándido animan a ser cocinero por que no hay paro y «eres feliz»

Alberto y Cándido López lanzan un mensaje optimista en el II Curso de Cocina

Alberto y Cándido López cortan un cochinillo en la apertura del II Curso Superior de Ayudante de Cocina
Alberto y Cándido López cortan un cochinillo en la apertura del II Curso Superior de Ayudante de Cocinalarazon

Valladolid- «No hay paro en el sector, somos muy felices y trabajamos en lo que nos gusta». Éstas fueron algunos de los atractivos con los que el hijo y el nieto del Mesonero Mayor de Castilla, Alberto y Cándido López, intentaron animar a los jóvenes cocineros que están a punto de comenzar esta carrera, para que no la abandonen.

Así lo trasladaron durante la apertura del II Curso Superior de Ayudante de Cocina, que se celebra en la Escuela Internacional «Fernando Pérez», de Valladolid.

Durante su intervención tanto Alberto como Cándido ofrecieron una visión muy optimista del sector, y señalaron que los cocineros son «muy importantes» porque pueden «servir» a España y a Castilla y León.

El hijo de Cándido reiteró que «es la mejor carrera que hay» y afirmó que «se tiene toda la vida por delante, con grandes satisfacciones, sin problema de empleo y, aunque exige muchos sacrificios, da grandes alegrías; lo pide todo pero ves a la gente que sale satisfecha y feliz».
Asimismo, aseguró que nuestro país «necesita grandes profesionales», por lo que animó a los jóvenes estudiantes «a no abandonar en el intento, para llevar el nombre de España por todo el mundo».

En esta línea, el nieto del Mesonero Mayor de Castilla destacó el papel de la cocina como difusor de los productos y la gastronomía de un país o una autonomía.

Al respecto, recordó que «donde hay un restaurante italiano hay productos italianos», por lo que «la mejor promoción de los productos de Castilla y León es su gastronomía».
Cándido López animó a los futuros cocineros a que atraviesen fronteras, «para que acompañen el impulso y difusión» de los productos de la Región.

El ejemplo lo han encontrado ambos restauradores en su propia casa, el Mesón Cándido, donde Cándido, padre y abuelo de los dos cocineros, introdujo en la carta el cochinillo por porciones, un producto que se consumía en las celebraciones y fiestas segovianas. Ahora, el cochinillo, aderezado con lo que en su época, en los años 50, fue un pionero «show cooking» consistente en cortar el animal con un plato para constar su punto exacto de asado, es «un concepto gastronómico» tan «identificado con la ciudad» como «su riqueza histórica y cultural», concluyó Cándido López.