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Los zombies se comen Barcelona

Una gran exposición, actores y un cómic estrella, «Los muertos vivientes», premiado ayer en el Salón lo confirman: los zombies arrasan. Adiós vampiros: la horda de devoradores de órganos ha llegado a Barcelona.

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La irrupción del fenómeno zombie tiene, para muchos expertos, una explicación sociológica asociada a los momentos de crisis que vivimos: los zombies explicarían la alienación, la horda, el consumismo aborregado y el terror a ser asimilado por la masa. Bueno, eso dicen. Sea como fuere, lo cierto es que los zombies se han puesto de moda.

En las librerías especializadas lo saben: se multiplican tebeos como «Jesús odia a los zombies», «Marvel zombies» y «Victorian undead», y las novelas de este subgénero arrasan. El fenómeno le debe mucho al éxito mundial de una serie, «Los muertos vivientes», del guionista Robert Kirkman y el dibujante Charlie Adlard, que sumó ayer un nuevo título a su palmarés: el Premio a la Mejor Obra Extranjera en el Salón del Cómic de Barcelona (la otra gran triunfadora fue «El invierno del dibujante», de Paco Roca, mejor guión nacional y obra de autor español, aunque nada tiene que ver con zombies).

En el salón, Adlard era una de las estrellas y firmaba ejemplares sin parar. «Creo que el éxito de la serie se debe a mera suerte», ríe el dibujante. «No sé si capturamos de alguna manera la esencia de lo que la gente está pensando y si hemos plamado los miedos del público... Quizá sí. O puede que sencillamente empezamos a trabajar en una obra y a la gente le gustó más que otras parecidas», añade con cierta modestia. Editada por Planeta DeAgostini, ha sido una de las sensaciones de 2010: más de 250.000 ejemplares vendidos en nuestro país lo acreditan. La editorial ha presentado en el salón una reedición en un tomo de los cuatro primeros números. Además, en mayo se pondrá a la venta el DVD de la primera temporada de la adaptación para TV.

En Madrid estuvo Robert Kirkman, coincidiendo con el lanzamiento de la serie, y habló con LA RAZÓN de este fenómeno editorial. «La última vez que los zombies fueron casi tan populares como ahora fue durante la Guerra Fría, cuando los americanos construían refugios nucleares en sus patios traseros y todo el mundo esperaba una guerra nuclear en cualquier momento. Ahora, con la amenaza de terrorismo global y la crisis económica tan metidas en las mentes de la gente, ficciones como ésta nos tocan de veras, porque puedes sentarte a ver a personas en situaciones más horribles que la que vive. Y aunque parezca algo triste y oscuro, piensas: "Quizá no pueda pagar mis facturas, pero no tengo a monstruos persiguiéndome"».

Un drama de personajes
Cuenta Kirkman sobre la serie de la cadena Fox y el especial carácter de su original en papel, alejada del terror clásico, que «la adaptación logra ser más aterradora que el cómic. Aun así, mantendrá la atención puesta en sus protagonistas: es un drama de personajes, no pretende ser una historia de miedo». El principal es Rick Grimes, un agente de policía que despierta de un coma y ve que el mundo que conocía ha desaparecido en un caos de ciudades desiertas y muertos vivientes. Pero lo peor lo descubrirá en el propio ser humano.

Kirkman añade, convencido, sobre la llave del éxito de este «pelotazo»: «La gente quiere averiguar qué les ocurre a los protagonistas. Eso tira de las ventas, hay interés por ver a dónde se dirigen y qué les ocurre. Si me hubiera basado tan sólo en el gore y el terror, la serie no habría durado». El uso del blanco y negro para la tinta tiene mucho que ver con esto: «No voy a ocultar que es más barato que el color, pero el blanco y negro equilibra la historia y puedes centrarte en quién muere o quién sobrevive, en vez de en alguna imagen horrible».

Por cierto, Kirkman no se limita a sus aplaudidos zombies: echen un vistazo a la original serie de superhéroes «Invencible», otra joya, o a «Brit», ambas publicadas por Aleta en España. Pero tiene claro que «Los muertos vivientes», dentro de la industria USA, «es realmente un caso único. El 70 u 80 por ciento de lo que se publica es el género de superhéroes. Tan sólo porque en los años 50 el cómic de terror y el bélico fueron barridos de la escena, los superhéroes pasaron a un primer plano y la industria cambió radicalmente. Estamos aún recuperándonos de eso, invirtiendo en nuevos géneros. En ese panorama, «Los muertos vivientes» destaca un poco al ser un cómic de terror en blanco y negro, en contraste con los cómics a todo color de superhéroes. Ha sido un gran éxito en EE UU, creo que el lector busca algo diferente a los tebeos estándar de superhéroes».

El detalle: Clásicos convertidos en devoradores de cerebros
El de Kirkman no es el único cómic de zombies del Salón: ahí están «Zombie», en el que Víctor Santos se enfrenta a un samurai con no-muertos feudales (Dolmen), «Al tercer día», una heterodoxa revisión del género de Enric Rebollo que transcurre en Barcelona (Glènat). Incluso parodias como «Los remuertos vivientes» (Dolmen). Se exhibe una amplia muestra de páginas originales y dibujos de autores españoles: el Superlópez de Jan a la Vampirella de Esteban Maroto, el Cobi de Mariscal o las creaciones de Kim, Paco Roca, Rubén Pellejero, David Rubín, Pepo Pérez y Jordi Bernet. Todos mortalmente desmejorados.