
Valencia
Falta de respeto de Salgado

La alcaldesa Rita Barberá está que trina con el Gobierno central. Tiene razón. Son demasiadas descortesías y discriminaciones. Esta vez es la vicepresidenta económica, Elena Salgado, la que ningunea y maltrata a Valencia. Y debe saber que, cuando denigra a la ciudad, perjudica a los valencianos. Por más que no lo desee, se trata de la tercera ciudad de España.
En esta ocasión, además, con un comportamiento incomprensible. Si la ministra y el Gobierno no piensan en el desarrollo de la dársena del Puerto ni van a poner dinero para ningún proyecto, que se lo dejen al Gobierno municipal.
Rita ha sido clara: «tenemos ideas y no pedimos aportación económica. Lo único que deseamos, es que nos deleguen la facultad de planificar ese importante espacio capitalino para beneficio de los valencianos».
Ni respuesta, ni ponerse al teléfono. ¿Dónde está el talante que tanto se ha hartado de pregonar Zapatero. Rita Barberá, por sí sola, merece un respeto. Cuando representa a un millón de personas, la vicepresidenta, cuyo sueldo pagamos también los valencianos, está obligada a escucharla. Si no nos quiere, que deje al menos que nos quiera Rita.
Así es la vida.
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