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Estados Unidos

Styron y los trazos de una obra maestra por César Vidal

La Razón
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En agosto de 1831, en el estado sureño de Virginia, tuvo lugar una revuelta de esclavos negros que marcaría a fuego la Historia de los Estados Unidos. Capitaneados por un místico sanguinario llamado Nat Turner, los esclavos se dedicaron a saquear, violar y matar sin reparar en la edad, estado y condición de sus víctimas. Más que de una venganza parece que se trató de una brutal sucesión de actos de salvajismo descarnado. Los hechos – detenidos finalmente por la acción de milicias improvisadas – tuvieron trágicas consecuencias. No sólo apartaron de los sureños la idea de que la esclavitud tenía que ser abolida a corto plazo, sino que según sabemos ahora, permitió que los secesionistas lograran un notable apoyo a su causa por miedo a nuevas sublevaciones. ¿Qué latía en el fondo de aquel dirigente negro de infausta memoria llamado Nat Turner? Una respuesta literaria a esa cuestión vino dada de manera magistral por una novela de William Styron publicada en 1967 y titulada «Las confesiones de Nat Turner». Styron no era un autor muy conocido a la sazón, pero supo profundizar de tal manera en la época y, sobre todo, en el alma de Turner que al año siguiente recibió el Pulitzer.

Y es que lo que Styron consiguió fue reunir los distintos cabos sueltos que se habían dado cita en la historia del esclavo y que iban de un embrión de lo que luego sería conocido como teología de la liberación, a una mirada de amor-odio hacia los blancos pasando por el típico resentimiento del que se encuentra en una situación de inferioridad. El resultado fue literariamente extraordinario. Recuerdo haberlo leído cuando apenas acababa de salir de la adolescencia y sus páginas me ocasionaron una huella indeleble. He vuelto al libro en varias ocasiones y con notable agrado siempre descubro en él los trazos de una obra maestra. Styron tomó una historia de marcado acento local y de ella consiguió derivar un relato con rasgos universales. Logró así lo que pocos, muy pocos, consiguen, incluido él mismo en sus obras posteriores.

César VIDAL