La Palma de verano

Todos los grandes tuvieron unos orígenes ligados a una sala: los Beatles en «La Caverna», Janis Joplin en el Matrix de San Francisco y Jimi Hendrix en el Café Wha londinense. Pues algunos como Vetusta Morla y Pereza plantaron sus primeros pinitos en el Café La Palma, un templo en el que, además de ir a tomar unas copas y a ver un concierto, es posible que nos encontremos con un fanzine, una presentación de largometrajes y de cortos o un estudio de radio. Además, las paredes suelen estar cubiertas por exposiciones de artistas noveles, vamos, casi nada.
En este local se creó, hace casi veinte años, el concepto de «bar de primera copa». Según Germán, el propietario, «la idea consistía en montar algo más que una sala de conciertos. Ese sería el sello que nos distinguiría de otros locales. Normalmente las salas que se preocupan por la música y el sonido, no van acompañadas por un buen servicio y nosotros quisimos centrarnos en todo; en que se pudieran tomar cócteles, copas premium...». Una seña más del carácter camaleónico del Café La Palma es la constante insistencia que hace por adaptarse al momento. Por eso han inaugurado una terraza indoor, la «Narguile Beach». «Recibe el nombre de las cachimbas, ya que la idea es cambiar el típico café de invierno por uno de verano. Así que hemos puesto un suelo con cesped artificial, esterillas, hamacas y cachimbas para que la gente pueda disfrutar de un concierto en unas condiciones poco comunes en la capital», apuntó German.
Se definan como un bar de primera copa, pero no sólo es eso. Después de las actuaciones hay sesiones tan undergrounds como el propio Café La Palma.