San Sebastián

Luque despega al final

Sergio Aguilar el día anterior abrió de par en par las puertas al drama. Una tarde después, a punto estuvo de hacerlo el banderillero Joselito Gutiérrez, que va en las filas de Miguel Ángel Perera, y resultó cogido de forma aparatosa al parear.

El diestro Daniel Luque da un pase a su segundo toro durante la tercera corrida de abono de la Semana Grande de Bilbao/EFE
El diestro Daniel Luque da un pase a su segundo toro durante la tercera corrida de abono de la Semana Grande de Bilbao/EFElarazon

Por el pecho lo encaró y con violencia lo zarandeó para todos los lados: un guiñapo parecía el torero colgado de los pitones. Porque pitones tuvo la corrida de Fuente Ymbro, de la que se esperaba movilidad, fuerza, casta e ímpetu. Notable nota. Virtudes que estuvieron en busca y captura toda la tarde para confirmar que de toros no saben más que las vacas.


También estuvo atacada de kilos la corrida, pero sobran dedos de las manos para contar toros de esta ganadería que se les recordará por su bravura y su alto valor numérico en la báscula. Ayer pinchó Gallardo y en Bilbao cundía más el muermo que la inquietud ante lo que se vivía en el ruedo.

Tuvimos que esperar al final final. No hay final más remoto que el sexto. Pues a ése. Era el turno de Daniel Luque, el más joven de la terna. El toro tuvo más clase que el resto del encierro, aunque no estaba de fuerzas como para tirar cohetes, pero quería perseguir el engaño, dejaba ilusionarse al menos con la bondad y el ánimo de coger la muleta a pesar de sus 602 kilos.


En todo lo alto los llevaba. Y así, poco a poco, entre que no nos dábamos cuenta o sí, fue Luque construyendo su faena ante un público bilbaíno muy agradecido. Lo mejor lo hizo Luque al natural, por donde intercaló momentos de más relajo con otros menos rotundos o el ajuste con la tibieza. Pero sin perder hilo se hizo hueco Luque en el corazón de la plaza y los tenía a todos en el bolsillo cuando se perfiló en la suerte suprema. De no haber fallado. De no haber pinchado, hubiera tenido premio. Resultó lo más interesante de la tarde.

El festejo quedó pobre. Eso estaba latente. Ni el sexto logró maquillar el desnudo de la corrida. A El Fandi se le vio sin sitio. Más entonado con los palos en el primero que en el cuarto y con pocas ideas a la hora de plantear faena. Al primero no lo vio él y tampoco pudimos verlo el resto. El cuarto no valía nada y desarrolló problemas que en otras ocasiones el granadino suele solventar con oficio, mas ayer tiró pronto por la calle de en medio.

Perera estuvo asentado con un segundo sosote a rabiar y un quinto que era un señor toro. Por el izquierdo se dejaba sin más y por el derecho sabía más de la cuenta.

La tarde no resultó. Raro sería que embistiera la camada entera. Para hoy La Reina y El Tajo, o lo que es lo mismo, los toros de Joselito. Triunfadora de San Sebastián. ¿Seguirá