Bruselas

Bruselas ajusta las cuentas a Portugal a cambio de 80000 millones de euros

La situación política que atraviesa el país luso podría complicar la negociación de la ayuda.

Elena Salgado junto a su homólogo irlandés, Michael Noonan
Elena Salgado junto a su homólogo irlandés, Michael Noonanlarazon

La zancadilla política al Gobierno portugués de José Sócrates por parte de la oposición conservador va a doler sobre todo al resto de sus compatriotas. Los países de la eurozona desvelaron ayer cuáles serán los «pilares» del paquete de ajuste que pedirán a Portugal, a cambio de los 80.000 millones de ayuda para zanjar el ataque de los mercados al último animal herido del euro. El esfuerzo va a ser mucho mayor que el tijeretazo propuesto por Sócrates el 11 de marzo, el cuarto en el último año y avalado por Bruselas, pero cuyo rechazo por el Partido Social Demócrata provocó la caída del Ejecutivo socialista, propiciando así la petición de ayuda.

«Ambicioso programa»
Según anunció el presidente del Eurogrupo, que engloba a los países del euro, Jean Claude Juncker, e insistió después el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, Portugal deberá llevar a cabo un «ambicioso programa de privatizaciones», una medida no incluida en el plan rechazado por los conservadores de Pedro Passos Coelho, pero que ahora se verán obligados a aceptar, ya que el programa de rescate se negociará tanto con el Gobierno en funciones de Sócrates como con la oposición. Los ministros de Finanzas de la moneda común, reunidos ayer en Gödöllö (Hungría), recibieron positivamente la petición de Portugal y esperan dar con su rescate la puntilla a la crisis de la eurozona que se inauguró con la petición de ayuda de Grecia y se agravó con el salvamento de Irlanda.

Los europeos, además del FMI, que también participará en el rescate con una tercera parte, pedirán igualmente «un ambicioso ajuste fiscal», reformas estructurales en el mercado laboral para eliminar su «rigidez» y otras medidas para mantener la liquidez y la solvencia de su sector financiero. Éstos serán los tres pilares de la condicionalidad añadida al préstamo internacional, aunque los detalles del paquete aún deberán negociarse entre las autoridades portuguesas y la misión de la troika (Comisión Europea, FMI y Banco Central Europeo), que se espera que viaje hasta Lisboa este lunes para ver las necesidades de los lusos. Según aseveró Rehn, su plan de ajuste «no puede ser exactamente» como el que llegó al parlamento portugués el pasado mes, ya que fue rechazado, aunque ya indicó que incluirá «algunos elementos».

La misión que se desplace hasta Lisboa también fijará cuál es la cantidad que tendrá que aportar la Facilidad Europea para la Estabilidad Financiera, el fondo de rescate europeo, ya que, como dijo, Rehn «nos abrirán los libros contables». Una estimación «muy preliminar» que realizó el comisario europeo en la rueda de prensa posterior al Eurogrupo situó la inyección en 80.000 millones de euros, que seguramente se entregarán a lo largo de tres años mientras la economía portuguesa recupera la senda de la estabilidad. E indicó que «muy probablemente» también servirá para inyectar liquidez en el sistema bancario luso, como también sucedió con el rescate de Irlanda. De esta cantidad, se calcula que España pueda aportar alrededor de 6.400 millones de euros.

Aunque los mercados recibieron positivamente el grito de auxilio portugués, la situación todavía deja muchas incógnitas en el horizonte. Los europeos no entregarán ningún préstamo puente a Portugal a corto plazo, mientras se negocia el programa de rescate, y Lisboa deberá financiarse por ella misma en sendas subastas en abril y mayo. Para junio, cuando las necesidades son «más desafiantes», Rehn espera que ya pueda llegar el dinero de rescate, tras concluir la negociación a tiempo para el aprobado por parte del Eurogrupo del 16 de mayo. La situación política, además del rechazo social al plan, también puede complicar la negociación de la ayuda, ya que el Gobierno socialista se encuentra en una situación de interinidad hasta la celebración de elecciones el próximo 5 de junio.

Los mercados apoyan a España
El responsable del fondo de rescate europeo, Klaus Regling, salió ayer por voluntad propia a defender la situación española, subrayando que con el rescate de Portugal se pone fin a la situación provocada por «las tres economías más débiles de la eurozona», además de Grecia e Irlanda. «Los mercados han reaccionado de una manera muy positiva», señaló el alemán, quien destacó que la situación de la deuda española de los mercados, con una reducción de los intereses que tiene que pagar desde enero frente la de los portugueses que no ha parado de aumentar, prueba que «los mercados entienden mucho mejor hoy los fundamentos de cada país».