Demografía

Diez centímetros más en un siglo

A lo largo del siglo XX las condiciones sociales y económicas han mejorado. Por ello, los españoles hemos crecido entre 8 y 10 centímetros y la esperanza de vida supera los 82 años.

Evolución en España
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Madrid- Por eso los expertos no descartan que su incremento continúe. Este aumento es todavía más relevante si se tiene en cuenta que hasta mediados del siglo XIX, prácticamente ninguna sociedad había alcanzado una esperanza de vida media de 35 años. «Los cambios generacionales en España han sido espectaculares: el nivel social y económico se ha elevado radicalmente», explica Julio Pérez, investigador del CSIC y uno de los autores del informe «Cambios generacionales de la estatura en la España del siglo XX». En su estudio explica cómo las condiciones ambientales, sociales y, en especial, las alimentarias, han colaborado en el aumento de la altura de los españoles.

«La estatura es un resultado neto de las condiciones de vida de la infancia y de la adolescencia. Los dos primeros años de vida son clave para el desarrollo futuro», explica Antonio Cámara, demógrafo del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad Autónoma de Barcelona. «Si sufres algún déficit nutricional durante estos periodos, las pérdidas potenciales pueden ser mayores que en otras franjas de edad», añade. Según la FAO, en nuestro país no se alcanzó la suficiencia alimentaria hasta mediados de los cincuenta, cuando el país comenzó a salir de su aislamiento, y terminó de crecer a mediados de los setenta. A partir de esta generación se erradicaron las carencias estructurales. Los que nacieron en en años anteriores coincidieron con el régimen de autarquía en el que estaba sumida España.

Las cifras de la «mili»
La alimentación, como destacan estos datos, juega un papel clave en el desarrollo de la estatura. «La salud se puede expresar a través del crecimiento, ya que una buena nutrición reduce enfermedades y permite la expresión del genoma, es decir el correcto desarrollo de los órganos», afirma Alfredo Martínez, catedrático de Nutrición de la Universidad de Navarra. La diversidad de la dieta y la mejora de las condiciones ambientales se explican con un ejemplo: un joven nacido en 1982 mide diez centímetros más que aquellos que nacieron en 1910. Para conseguir estas estadísticas, el grupo de investigación del CSIC parte de los datos que arroja la Encuesta Nacional de Salud, que se realiza desde 1987. «Antes, las únicas cifras que podíamos cotejar sobre la altura de los españoles provienían del Ministerio de Defensa, de las medidas de los hombres llamados a filas», explican.

Entre 1910 y 1930, el desarrollo es sostenido, los españoles crecen pero lentamente. Las diferencias de sexo son imperceptibles. Sin embargo, en las siguientes dos décadas los hombres crecen más que las mujeres. De acuerdo con los datos del estudio, las generaciones de mujeres que nacieron en España entre 1939 y 1958 no superaron los 160 cm. de altura. Esta conclusión no es exclusiva de España. Los casos de estancamiento en el crecimiento también se perciben en el resto de países europeos, «aunque las fechas varían», subraya Cámara.

Las suecas dejaron de crecer en la década de los sesenta, mientras que entre las francesas, este fenómeno se detecta treinta años antes, alrededor de los años treinta. «Debemos subrayar que después de la Segunda Guerra Mundial, en casi todos los países se produjo un parón general. Por ello, aunque seguimos analizando múltiples indicadores, estamos convencidos de que el estrés ambiental es clave para un descenso en el desarrollo de las personas», afirma el investigador de Barcelona. Que la mujer española sufriera con mayor intensidad las malas condiciones no es baladí. A lo largo de la posguerra la alimentación estaba muy condicionada y las diferencias laborales entre los dos sexos eran claras. El hambre o una nutrición deficiente no afecta igual a hombres que a mujeres, sobre todo a su función reproductiva. «Sufrir deficiencias alimentarias afecta directamente sobre la edad a la que se tiene la primera menstruación y, por lo tanto, si se adelanta, el crecimiento se detiene», explican desde el CSIC. La Organización Mundial de la Salud corrobora esta teoría: alerta de que poca alimentación e ingerida de forma discontinua, retrasa la edad fértil de las mujeres. Otro de los motivos que manejan los autores del estudio es la calidad de las comidas que tomaban los hombres en comparación con las de las mujeres. «Es muy posible que las condiciones laborales también beneficiaran a los hombres», confirma el catedrático de Nutrición.

La evolución de la altura de los españoles no tiene por qué detenerse, pero la variación de las condiciones de vida que estamos experimentando desde el comienzo de la crisis, en agosto de 2008, podría afectar a los niños nacidos a partir de esta fecha. «Dentro de diez años tendremos datos suficientes para valorar cómo está afectando el problema financiero en el crecimiento de los niños, pero si los hábitos se mantienen, es muy probable que la salud de los jóvenes empeore drásticamente, siempre que la crisis se prolongue varios años. Si la situación mejora, nuestro sistema amoriguará la carencia de productos frescos», asegura Cámara.
 

 

El hombre más alto de España
Agustín Luengo nació en Pueblo de Alcocer en 1826 y sus vecinos le conocían como el «Gigante de Extremadura». Medía 2,35 metros y es el español más alto registrado hasta hoy. Sus descomunales manos eran capaces de abarcar un mendrugo de pan de más de un un kilo.