Chirimiri de estrellas a la sombra de Agnès Varda

SEVILLA- El sueño en superocho –los eventos formato HD aún quedan lejos– de Sevilla como capital de la cinematografía del Viejo Continente arrancó ayer en el Lope de Vega con la apertura de la IX edición del Festival de Cine Europeo, dedicado este año a Grecia, con la lluvia pugnando por ensombrecer el acto y con Agnès Varda –que recibió el Giraldillo a la Trayectoria– haciendo un ejercicio de saber estar y sentido común con sus palabras.

Faltó el mayor reclamo para el gran público: Maribel («por ahí te quiero ver») Verdú, por problemas de índole familiar. Así, más que lluvia de estrellas mediáticas, fue chirimiri. Como el tiempo estando ya arrancada la gala. Con todo, la alfombra roja, carmesí más bien, dada la necesidad presupuestaria, no decepcionó con Victoria Abril; el top model y actor Andrés Velencoso; Clara Lago; José Luis García-Pérez; Ruth Gabriel; Antonio Dechent y Alex O'Dogherty, notables como maestros de ceremonia; y otros clásicos del «star system» sevillano como César Cadaval o Pilar Távora, entre otros. La Duquesa de Alba y el duque consorte ocuparon un lugar de honor en el Lope de Vega. La verdadera reina de la noche fue Agnès Varda, escoltada por el propio director del festival a su llegada al teatro. Ambiente en la calle, el habitual en las galas inaugurales del festival. Ninguno, o sea. Y con la lluvia, puede que menos.
El certamen, dirigido por José Luis Cienfuegos –nostálgico estos meses atrás de la lluvia de Gijón– nació con el filme «Fin», de Torregrosa. El alcalde, Juan Ignacio Zoido, aseguró sobre el escenario que Cienfuegos tenía «hasta la lluvia preparada». Prácticamente todos los protagonistas que pasaron por el estrado se acordaron del asturiano y agradecieron su labor. Los prolegómenos tuvieron la firma de la Santa Leone Orquesta, con Pájaro al frente y tintes de «spaguetti western», a lo Tarantino.

La apertura del IX Sevilla Festival de Cine Europeo dejó claro que la aportación de Cienfuegos al evento, más que un sello, que está por ver, supone una estética. Una forma no exenta de fondo, como las palabras de la homenajeada Agnès Varda: «El Giraldillo es una guerrera con nombre de hombre que llega en el viento, como el carrusel del cine».

Hasta el 10 de noviembre se proyectarán en los cines Alameda, Avenida y Plaza de Armas (con la intención de acercarse al centro) más de 150 obras, entre cortos y largos (aquí se incluyen los documentales) de distintos géneros trufados entre doce secciones y ciclos. El festival será un viaje por la cultura y el carácter europeo –sobre todo con los directores griegos y los guiños a Portugal–, desde Manoel de Oliveira a Matteo Garrone, pasando por las triunfadoras de la última Berlinale, «Un asunto real» (Oso de Oro) y «Sister» (Oso de Plata) y el filme independiente español «Recoletos arriba y abajo». El certamen entregará el Premio Ciudad de Sevilla a la actriz y directora portuguesa María de Medeiros, como reconocimiento a su dilatada carrera, en la gala de clausura. El sevillano Paco León recibirá el Premio RTVA a su trayectoria profesional el próximo martes en el Teatro Alameda.