Artistas

A Romina le impidieron abrazar a Lydia Lozano por Jesús Mariñas

Lo que son las cosas: al final coinciden en pensar que Ylenia sigue viva. Han sido años de polémica y hasta amordazamiento a Lydia Lozano por parte de Al Bano. Callarla para siempre fue el precio impuesto para no demandarla por sostener que su hija sigue viva.

Romina Power y Lydia Lozano, ayer, en «Sálvame Deluxe»
Romina Power y Lydia Lozano, ayer, en «Sálvame Deluxe»larazon

Ante la expectación de «Sálvame Deluxe», con un Jorge Javier Vázquez en estado de gracia –¡cómo se nota cuando está a sus anchas y tanto el tema como el personaje le satisfacen–, Romina Power reafirmó su teoría de que Ylenia fue raptada. «Ella era muy fuerte y nunca se hubiera lanzado al Mississippi», aseguró la cantante, al tiempo que añadía que «todos los videntes que he consultado insisten en lo mismo: mi hija sigue viva y algún día reaparecerá».

Romina estuvo hermosa y su belleza fue más rotunda que nunca. Al filo de los sesenta años se aprecia en ella la belleza de su madre, Linda Christian, y la animada sonrisa de papá Tyrone. Como galán marcó época, igual que este suceso provocador de la ruptura matrimonial en quienes se vendían como prototipo de amor romántico, siempre exaltado por la música. «Al Bano seguía en sus trece, pero ya estaba cansada de repetir siempre las mismas tonterías musicales. El tiempo te hace progresar y él se quedó estancado», explicó Romina, quien también reveló que llevan años discutiendo por su divorcio. «Se quedó con todo lo que habíamos ganado, dejé todo en nuestra casa y hasta Loredana, la que luego fue su pareja, salió en la televisión luciendo uno de los trajes que dejé en el armario», denunció casi divertida.

Su calidez más allá del plató contrastó con la guardia pretoriana de sus representantes, que agriaron su paso por los estudios madrileños. No recordaban control parecido a fin de que no la molestasen. Una protección que Lydia Lozano no consiguió romper pese a que la propia Romina la citó para más tarde «sin cámaras». La española quería darle un abrazo y pedirle perdón lo que motivó la reveladora pregunta de Romina: «¿Perdón por qué?» Lo que durante siete años supuso calvario y vía crucis en la siempre radiante «chuminera» ha tenido compensación expiatoria con la visita de la cantante. Fin, por tanto, a la «leyenda negra» de una Lydia entregada a lo que propició Telecinco, porque algo así no se sostiene durante años si no es bajo consignas superiores. El presunto infundio pudo rematarse de un plumazo y han ido alimentándolo durante años. «Aunque el maquillador italiano que venía con Romina me animó a verla, los cuatro ‘‘managers'' que traía impidieron el encuentro, quizá obsesionados con que no nos encontrásemos en plató», explica la periodista. Eso hubiera desencadenado llantos que son consecuencia de una espera casi desesperada. Pero acabó la pesadilla: ya puede dormir tranquila.