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Lima
Para celebrar la efeméride, el Círculo de Lectores edita el tercer volumen de la obra periodística de Mario Vargas Llosa. Son sus famosas «Piedras de toque» entre 2000 y 2012. Y de periodismo habló el Premio Nobel, esa profesión que empezó a ejercer con 15 años en una redacción de Lima. «Éramos cuatro y el director solía llegar montado en su mula», recordó. «Después todo ha sufrido una evolución extraordinaria. Cuando empecé era una profesión bohemia, que se ejercía dentro de una pecera de humo. Y los periodistas eran gente que trabajaba hasta altas horas y luego salían directamente a pecar. Estaban en el límite entre lo decente y lo indecente, la vida pública y las catacumbas... Hoy eso ha cambiado mucho, son profesiones liberales y las redacciones se parecen más a una farmacia suiza que a lo que yo conocí», explicaba el escritor peruano, que hizo una apasionada defensa de la Prensa. Narró desde sus crónicas y artículos los decisivos sucesos que se produjeron en los lugares donde se encontraba, como el París de los 70 y el Londres de los 80. «También recuerdo que, trabajando en la radio, recibí el mismo día dos teletipos: uno, en el que los soviéticos ponían en órbita el primer satélite, y otro, en el que Tegucigalpa celebraba la llegada del alumbrado público». A su juicio, los recortes son «inevitables», porque la situación española es muy grave. «No es posible que la cultura no los sufra como el resto de las actividades sociales y productivas, y pueda quedar exonerada. Es lamentable, ¿pero hay alternativa? Eso es lo que habría que saber», dijo el escritor, que pidió hacerlos de «forma escalonada».
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