Asturias

Cascos deja el PP por «dignidad» tras cortar sus aspiraciones

Sus partidarios alientan la teoría de que el ex ministro creará un nuevo partido alternativo en Asturias. 

Francisco Álvarez-Cascos abandona el Partido Popular
Francisco Álvarez-Cascos abandona el Partido Popularlarazon

El ex ministro Francisco Álvarez Cascos escribió ayer el penúltimo capítulo en la crisis que ha resurgido en el PP asturiano a cuenta de sus pretensiones de encabezar la lista del partido en las próximas elecciones autonómicas. Por la mañana entregó en la sede nacional del PP una durísima carta dirigida a Mariano Rajoy y construida con afilados dardos, entre ellos, la acusación de amparar directamente la «degradación de la convivencia» dentro de las filas populares.

La misiva sirvió para echar leña al fuego que quema el PP asturiano y fue seguida de informaciones, alentadas desde el entorno de Cascos, sobre otras muchas más bajas de partidarios emulando su ejemplo. De nuevo, como ya hicieron en pleno proceso de debate sobre la candidatura, sus afines volvieron a alimentar la teoría del partido alternativo.

El «zarpazo» del «casquismo» llega ni cuarenta y ocho horas después de que la dirección nacional diese un portazo a la opción del ex ministro y bendijese oficialmente la candidatura propuesta por la dirección regional, la de la concejal ovetense, Isabel Pérez Espinosa, siguiendo así la estela marcada por el alcalde de Oviedo, Gabino de Lorenzo.

Este último ha sido el capitán de la ofensiva puesta en marcha para impedir el regreso a la política de quien fuera uno de los «hombres fuertes» de la «era Aznar». El ex presidente y otros «primeros espadas», como Esperanza Aguirre, no han tenido reparo en defender sin complejos su elección por su «valía» y su «trayectoria política».

La reacción oficial de Génova al adiós airado de Cascos consistió en un protocolario comunicado en el que lamentaba su decisión de abandonar el partido «en el que tan importantes responsabilidades ha desempeñado tanto en su organización como en los gobiernos del PP», un partido donde siempre «tendrá su casa».

Ese adiós corrosivo no ha sorprendido al equipo de Mariano Rajoy, pero sí ha echado leña al enfado que desde hace semanas cultivaban en su contra en la sede nacional del Partido Popular.

Desde un primer momento la secretaria general, María Dolores de Cospedal, fue una de las más reticentes a ceder a las pretensiones del ex ministro. Pero hacia esa postura se fueron moviendo con el paso del tiempo otros «pesos pesados» hasta que, finalmente, Rajoy tomó su decisión definitiva de excluirle de las listas.

En su carta, Álvarez Cascos justifica su abandono del Partido Popular en la falta de amparo de los órganos del partido ante los «menosprecios», «descalificaciones» e «insultos» que ha recibido de otros militantes «cobijados bajo el membrete oficial del PP asturiano».

«No sólo no obtuve amparo alguno por parte de esta dirección nacional, o del citado Comité Nacional de Derechos y Garantías, sino que los autores de los comportamientos acaban de ser legitimitados por ti [por Rajoy] y recompensados con el nombramiento que reclamaban, lo que no tiene precedentes –que yo recuerde– en la historia del partido», alega.

Me voy, sostiene, por «dignidad personal». Y desde la dirección nacional le contestan oficiosamente: «Se va así porque sabe que éste es el camino para dividir más, para hacer el mayor daño posible y para hacer más difícil el triunfo en Asturias».