Financiación autonómica

La estrategia de la confrontación no espera ni a que Rajoy jure el cargo

El presidente del PP-A, Javier Arenas, ayer en su escaño del Parlamento
El presidente del PP-A, Javier Arenas, ayer en su escaño del Parlamentolarazon

Sevilla- Los carriles por los que discurrirán los próximos cuatro meses hasta desembocar en las elecciones autonómicas han quedado perfectamente definidos en el primer Pleno después de los comicios generales. El PSOE tratará de erosionar desde Andalucía al Gobierno de Mariano Rajoy con una abultada cesta de reclamaciones y haciendo ver que efectivamente no hay soluciones milagro para crear empleo. El PP redoblará la ofensiva sobre la trama de los ERE fraudulentos y se atrincherará en el mensaje de que es urgente el cambio de gobierno en una comunidad con 1,2 millones de parados.

La estrategia de la confrontación tan recurrida por el ex presidente Chaves durante los ocho años de gobierno de José María Aznar ha aparecido en escena antes incluso de que Rajoy tome posesión del cargo. El PSOE sacó adelante, con la abstención de IU y la no votación del PP, una Proposición no de Ley en la que reclama al Gobierno central que complemente la dotación del Plan de Oportunidades Laborales de Andalucía (OLA), uno de los instrumentos estrella del Gobierno andaluz para combatir la crisis y buscar una salida a los parados de la construcción, que surge tras finalizar con resultados muy por debajo de los prefijados otros planes como el Memta o el Proteja.

La medida se sustancia en la petición de 800 millones de euros. Ahí está el problema.
El presidente de la Junta, José Antonio Griñán, aseguró en la habitual ronda de preguntas de las doce de la mañana de los líderes de la oposición que sus relaciones con el Ejecutivo de Mariano Rajoy se regirán por la lealtad institucional. «No me voy a aliar con la crisis para luchar contra el Gobierno de España –en clara alusión a la crítica constante de que el PP se ha aliado con la crisis para minar al PSOE– sino que nos vamos a aliar con el Gobierno para superar la crisis».

«No le creo», le espetó Arenas justo después de tomar la palabra en su última intervención. «No creo que vaya a colaborar porque siempre hace lo contrario de lo que dice», deslizó el dirigente popular aludiendo a la reclamación del PSOE al Gobierno de Rajoy de la complementación del plan OLA.

La desconfianza de Arenas tardó sólo varios minutos en materializarse. Cuando Griñán tomó de nuevo la palabra aludió a la renuncia de Rajoy de la varita mágica para crear empleo y comenzó a enhebrar la confrontación con el Gobierno central. Recordó los 1.504 millones de euros que el Estado adeuda a Andalucía por inversiones no ejecutadas y la necesidad de que la Ley de Dependencia se financie equitativamente. «¿Va a pedir todo lo que le pidió a Zapatero?, ¿exigirá que se cambie el modelo de financiación autonómica?». Griñán recordó hasta las críticas del PP por el pago en solares de la deuda histórica. «¿Reconocerá que sus palabras eran sólo demagogia?».
 

 

Valderas y la «alfombra dorada» al PP
El coordinador regional de IULV-CA, Diego Valderas, aprovechó la sesión de control al Gobierno para sacar pecho por el resultado de las últimas elecciones. Un «terremoto en las urnas» que en su opinión indica un fin de ciclo y que el PSOE ha tendido una «alfombra dorada» al Partido Popular al llevar a cabo una política «socioliberal más que socialdemócrata». Recordó los avisos del movimiento 15-M y de la propia Izquierda Unida, «pero usted erre que erre o ERE que ERE». «Predica en el desierto», le respondió el presidente de la Junta, que preguntó si es «neoliberal el recargo a las rentas más altas, el impuesto a la banca o mantener el gasto en Sanidad y en Dependencia».