Cargando...

Debate Estado Nación

ZP en el diván

La Razón La Razón

No creo que Zapatero se desayune relamiéndose por las mañanas con los últimos datos sobre destrucción de empleo. Y doy por seguro, como él dice, que el paro le impide dormir adecuadamente. Nadie ha escrito que el presidente sea un malvado sin entrañas, pero su incapacidad general como estadista le ha llevado de una primera legislatura de plácida siesta a una segunda de pesadilla. Ha tenido que hacer importantes recortes y se desespera, porque la ingeniería económica acabará desmontándole la social y a él se le situará como capitán de la mayor jibarización del estado de bienestar. La memoria es selectiva y no reconoce los hechos ominosos. Sólo así se explica que Zapatero haya mudado de talante y a los gritos, con la cara encendida, escapándole un en él insólito ¡coño¡, truena que «miente como un bellaco quién diga que hemos hecho recortes». Resultaría cruel enumerarle los hachazos y los avances sociales sobre el limbo al no estar dotados económicamente, como la tan celebrada Ley de Dependencia. Los médicos saben que no se puede luchar contra el paciente y que a poco conduce contradecirle, especialmente en casos terminales. ZP ya tiene bellacos en los sindicatos amigos que son la orquesta del «Titanic» social. Zapatero necesita tumbarse en el diván del psicoanalista.