Londres

Sarkozy: «La guerra aún no ha terminado»

El presidente francés, Nicolás Sarkozy, aseguró ayer que no quiere recibir un trato preferencial por parte de las nuevas autoridades libias ni existe ningún interés oculto detrás de la ayuda que les ha prestado. Aun así, el líder galo quiso ser el primero en visitar el país tras la caída de Trípoli, de la misma forma en la que sus aviones fueron los primeros en intervenir en Libia para detener la entrada de las tropas gadafistas en Bengasi.

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Por ello, los ciudadanos libios, especialmente los de esta ciudad, le están profundamente agradecidos: los rebeldes, las mujeres, los niños, todos adoran a Sarkozy, y se lo transmitieron en las dos escalas de su viaje, en la capital libia y en la ex capital rebelde. Junto al presidente francés llegó el primer ministro británico, David Cameron, que en su momento tardó algo más en alinearse con el Consejo Nacional Transitorio (CNT), pero que ayer fue recibido con el mismo cariño que su homólogo.

Limpiar las minas del país
El presidente, Mustafa Abdel Yalil, y el primer ministro, Mahmud Yibril, acompañaron a los invitados de honor en su visita, que empezó en un hospital de Trípoli. Cameron prometió que Londres se hará cargo del tratamiento de un niño herido por una granada, que enviará además a personal médico especializado, muy necesitado en Libia, y que ayudará a limpiar las minas diseminadas aún por todo el país. El primer ministro británico presentó ante los libios una serie de propuestas concretas junto con la promesa de descongelar y devolver activos y billetes libios que se encuentran en el Reino Unido.

Por su parte, Sarkozy fue menos concreto, pero lanzó algunas advertencias para la nueva Libia: los derechos humanos tienen que ser respetados, no deben cometerse venganzas y todos pagarán por sus crímenes. «La impunidad se ha terminado», aseguró, refiriéndose sobre todo a Gadafi, quien, aseguró, será arrestado.

Abdel Yalil pidió ayer a los líderes europeos que ayuden en la búsqueda y captura del dictador, y que intervengan frente a Níger para que entregue a los miembros de su régimen refugiados en ese país, donde el CNT tiene previsto enviar una delegación hoy con ese fin. Sarkozy confió en que Níger, ex colonia francesa, respetará la ley internacional, el mismo día en el que la Unión Africana dijo que colaborará con el CNT, aunque todavía sigue sin reconocerle oficialmente. Los países africanos se muestran recelosos respecto a las nuevas autoridades, por su amistad pasada con Gadafi, pero también por la entrada de las potencias occidentales en el continente bajo el paraguas de la OTAN. Tanto Sarkozy como Cameron quisieron dejar muy claro ayer que sólo han ayudado a Libia, pero que ésta «no es nuestra revolución, sino la de los libios», en palabras del premier británico. El presidente galo aseguró que intervinieron porque consideraban justo hacerlo, aunque su compromiso con los rebeldes desde el principio ha hecho sospechar que Francia planea una vuelta triunfal a África. Abdel Yalil admitió ayer una vez más que poco podrían haber hechos sus fuerzas sin el apoyo de la OTAN, que seguirá adelante con su misión en Libia, tal y como aseguraron los líderes europeos. Ambos destacaron que la guerra no ha terminado y que es necesaria su presencia, ya que la población civil sigue en peligro. La Alianza informaba ayer de que el 15% de las fuerzas del régimen siguen operativas en sus bastiones.

En la ciudad natal de Gadafi
El principal y más resistente, Sirte, fue atacado ayer por los rebeldes. Mientras Sarkozy y Cameron comparecían en la plaza del tribunal de Bengasi, los revolucionarios penetraban en Sirte, la ciudad natal de Gadafi, desde el oeste y el sur, y al cierre de esta edición habían alcanzado ya el centro de la ciudad, según el Consejo Militar de Misrata.

Los rebeldes de esta ciudad (a 250 km. de Sirte) son los que lideran la ofensiva, que todavía no ha sido lanzada por el frente este, donde se sitúan los rebeldes de Bengasi, que, como dijeron ayer Sarkozy y Cameron, fueron los que hicieron posible esta revolución con su coraje. «Esta ciudad fue una inspiración para el mundo», aseguró el británico en el mismo lugar donde todo comenzó un día como ayer hace 7 meses. Libia puede ser una historia con final feliz, según Cameron, que previó un verano árabe después de esta primavera, en la que otros países alcancen la democracia. Sarkozy deseó que el próximo país en conquistar la libertad sea Siria: «Espero que los jóvenes sirios puedan tener la misma oportunidad de tienen ahora los libios».


Al Qaeda podría establecerse en Libia
Un alto mando del Africom (Comando de EE UU en África) advirtió de que los países de África del Norte se enfrentan a una creciente amenaza terrorista de células de Al Qaeda y extremistas de Libia. Mientras, el departamento de Defensa de EE UU aseguró que la rama de Al Qaeda de África del Norte (AQMI) podría buscar establecerse en Libia durante este periodo de caos tras la caída de Gadafi, quien tenía como prioridad la lucha contra esta red terrorista.