Arganzuela

En Semana Santa a la playa de Madrid

Los madrileños que no puedan viajar hasta la costa durante las vacaciones de Semana Santa ya no tendrán tanto que envidiar a los afortunados que abandonan la capital en estas fechas. Y es que, por fin, Madrid tiene playa.

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Decenas de personas se acercaron para disfrutar de los casi 12.000 metros cuadrados de praderas donde poder tomar el sol y estanques en los que refrescarse. Aunque los que mostraron más ilusión fueron los niños, que no dudaron en inaugurar las zonas de donde salen chorros de agua de varios metros de altura.

Los menos acuáticos aprovecharon para estrenar las cinco áreas destinadas a los juegos infantiles. Estructuras de troncos y redes, columpios que cuelgan de los puentes y toboganes que salen de las rocas, hicieron las delicias de los más pequeños. Pero en este parque hay cabida para todos. Por sus casi cinco kilómetros de senderos se puede patinar, ir en bici y pasear. Además cuenta con un campo de fútbol de césped artificial, una zona para los más atrevidos del skate y una explanada para la celebración de actos culturales con capacidad para 20.000 personas.

La gente afectada por la crisis ha visto en este parque una forma gratis, divertida y saludable de disfrutar de las vacaciones en Madrid. Muchos ya planean irse estos días de picnic a Madrid Río. Después de ocho años de obras y ruido, aquí sí hay playa.

De la «costa del manzanares»...
Desde ayer a las once de la mañana, Madrid ya puede presumir de tener playa. No hubo foto oficial con Alberto Ruiz-Gallardón, ni apretón de manos, ni se descubrió una placa conmemorativa. Esta vez fueron los ciudadanos los encargados de inaugurar el parque Madrid Río al completo.

Ya se puede disfrutar de todas las zonas verdes de la obra, incluidos los jardines de Arganzuela, Matadero, el Puente de Toledo y la Ermita de la Virgen del Puerto, además de los puentes y pasarelas que todavía estaban cerradas. Pero entre todos estos parques y paseos, lo que más ansiaban los madrileños era la playa de la que tanto se ha hablado.

María Antonia, vecina del parque, está entusiasmada con Madrid Río: « me parece estupendo, está todo precioso y eso que todavía tienen que crecer los árboles y la hierba. Y es un lujo para los padres poder traer aquí a los niños para que se bañen cuando haga calor». Lo que temen es que el parque se convierta en un sitio para hacer botellón: « si no ponen seguridad, seguro que en un par de días vendrán algunos jóvenes a beber por las noches y lo dejarán todo perdido, sobre todo por las zonas del parque que están cerca del metro», opina Laura, una joven ciclista.

Sería una pena que esto sucediera después de todo lo que han sufrido los vecinos de la zona.Ruiz-Gallardón puso el proyecto Madrid Río sobre la mesa en el 2003, y conllevó el soterramiento de varios kilómetros de la M-30, para dotar al barrio de zonas verdes y acercar la Casa de Campo al centro de la capital. Las obras han costado 410 millones de euros y no han estado exentas de denuncias de asociaciones ecologistas y de la oposición.

Pero casi dos legislaturas después los molestos ruidos han terminado y se puede disfrutar de más de un millón de metros cuadrados de zonas verdes e instalaciones deportivas a lo largo del río, que conectan entre sí a siete distritos madrileños.

... al paseo de luces nocturno
El jueves a las diez de la noche comenzó la inauguración del parque Madrid Río con la iluminación del puente Perrault, las fuentes del parque de Arganzuela y la playa urbana. El encendido se unió al de los puentes del Rey, de Segovia y de Toledo. Fue el pistoletazo de salida para la apertura oficial del parque, que abrió sus puertas trece horas después. Lo que más gustó a los asistentes fue el encendido del puente Perrault, ya que las farolas recrean pájaros y mariposas.

La iluminación nocturna de Madrid Río también supone un gran atractivo para los madrileños, que no sólo podrán disfrutar del parque durante el día, sino que sus paseos nocturnos se convertirán en uno de los preferidos de la ciudad. La estructura, que une el paseo de Yeserías con la calle Antonio López, se ha convertido en el icono estrella de Madrid Río, ya que se considera la entrada del parque. El puente Perrault ha costado más de trece millones de euros y se ha tardado catorce meses en construirlo. Se trata de una de las infraestructuras más vanguardistas de la capital y que contrasta con las zonas verdes del parque.

Aún así, tiene la aprobación de los ciudadanos: «Me gusta mucho el puente; iluminado queda precioso. Llama mucho la atención porque este barrio es antiguo, pero queda muy bien», dice Rocío, vecina del Manzanares desde hace 30 años. Y es normal que el puente atraiga todas las miradas. Está construido en forma de espiral y la malla de acero que lo recubre es la que se ilumina por la noche. Un nuevo icono de la capital que hay que visitar para disfrutarlo.