La inmensa mayoría de españoles desconocemos que méritos adornan a Salgado para ser vicepresidenta económica del Gobierno. Ni era una economista con una trayectoria docente remarcable ni una gestora empresarial afortunada. Nada en su trayectoria hacía suponer que la dirección de la frágil economía española caería en sus manos. Lo único que sabemos es que le apoyan sus amigos e «inventores» Serrano, Rubalcaba y Blanco. Es cierto que es imposible encontrar padrinos más poderosos cerca de Zapatero, pero cabe recordar que no son infalibles. Los Presupuestos de Salgado para 2011son un fiel reflejo de la inconsistencia del Gobierno a la hora de emprender reformas y hacer recortes sustanciales. Las dos partidas más importantes de gasto son el pago de los intereses de la deuda pública y el desempleo. El recorte social es monumental y cabe suponer que, una vez más, los cuadros macroeconómicos estarán equivocados. Salgado conseguirá ser la peor ministra de Economía.