Las pasiones son para la primavera

Las revistas de los miércoles hacen bueno el título, hablan de amores, desamores, bodas y belleza y esto nos lo muestran en sus páginas. «¡Hola!» trae a portada la boda de Jacobo, nieto de la Duquesa de Alba. El enlace se celebró en los bellos Jardines de Liria y, dentro del buen hacer y de la elegancia propia de la casa, no faltó el toque pintoresco. La asistencia de Alfonso Díez a la ceremonia ha desatado los comentarios en prensa escrita y tertulias televisivas. Unos aseguran que la boda de la Duquesa es inminente, otros declaran que se ha formado un gabinete de crisis, compuesto por los hijos de Cayetana, para impedir la boda. La Duquesa siempre dijo que se casaría después del verano. En «Vanity Fair» declara que cualquier relación amorosa se dirige hacia una boda. Igualmente en «¡Hola!» confirma sus deseos de casarse, cuenta que lo haría de forma discreta con sus hijos y sus buenos amigos Carmen Tello y Curro Romero. La otra boda que todas las revistas destacan es la de Mercedes Peralta y Juan Arena Lladó. Son guapos, jóvenes, elegantes y ricos; cosas que llevan con empaque y naturalidad. El otro gran asunto, que tiene dos portadas, «Diez Minutos» y «Semana», es la comunión de Juan, hijo de Patricia Rato y Espartaco. Esta celebración ha servido para unir felizmente a la familia. Me llamó Espartaco la semana pasada para informarme de la comunión. Posteriormente hablé con él y me desmintió cualquier desavenencia en la reunión familiar. Me dijo que hacía tiempo que no se sentía tan feliz, que todo fue perfecto y armonioso y que se dio cuenta que seguía muy enamorado de Patricia, que sigue siendo la mujer de su vida. Otro asunto que destacan las publicaciones del miércoles es el viaje madrileño de Pippa Middleton, que acompañada por unos amigos hizo lo que cualquier turista, visitar la capital que está estupenda y terminar con lo que a muchos otros españoles les molesta, toros y flamenco. La separación de Carlos Herrera y Mariló Montero, es tratada con mucha delicadeza y muestran que a pesar de la misma, la cordialidad sigue en la pareja.