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Obesidad

Carpanta y el bicarbonato

La Razón La Razón

Llámenme inocente, pero pensaba que el problema de la alimentación en el mundo era que la gente no tuviera para comer. Ahora, si se trata de ponernos exquisitos y enarbolar mitos y leyendas como pautas de conducta, como el que reza que cualquier tiempo pasado fue mejor, será mejor que vuelva Carpanta y nos dé una clases prácticas en dos tardes. Será delicioso escucharle contar cómo después de comer hierbas del río durante todo el día, pasa las noches soñando cómo él solito devora un pollo y al despertarse se toma bicarbonato por si acaso la indigestión onírica le pasa factura. Esto sí que encierra una lógica aplastante. Decir que por la crisis económica los españoles comemos peor porque el pollo, la pasta o la paella están más presentes en nuestra dieta y hacer de eso un gran problema es no estar en el mundo real, que quizá no sea el de Carpanta pero se asemeja bastante al de su amigo Protasio, ese personaje orondo y bien nutrido que no tiene problemas a la hora de abastecerse de comida. Para muchos, la crisis es la mejor coartada para explicarlo todo, la excusa perfecta para reducir plantillas, abaratar costes o cerrar empresas sin que exista una necesidad perentoria. A falta de poder llenarnos la cabeza con argumentos consistentes y de peso, pretenden llenárnosla con paja. No seré yo quien defienda la comida basura pero, por favor, no nos tomen por idiotas. Comamos mejor, de acuerdo, pero que no nos coman la cabeza. Quizá si dejaran de utilizar la crisis para explicarlo todo, se desinflaría un poco. Mientras exista el bicarbonato...