Andalucía

Fondo de armario

La Razón
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Bromeaba ayer con Carlos Latre en el programa «Herrera en la Onda» sobre Gadafi. Felicitaba al presidente Zapatero, genialmente imitado por Latre, por haber encontrado solución a uno de los gravísimos problemas que la Unión Europea tenía sobre Libia: ¿qué hacer con el fondo de armario del coronel Gadafi? La solución le salió a ZP de inmediato y con una tremenda claridad de mente, «todo el vestuario para Falete». Esta anécdota es una astracanada de un problema muy serio, es una forma de evidenciar la incapacidad y falta de liderazgo de la Unión Europea y de la OTAN, que están dando palos de ciego y no son capaces de acordar una solución razonable y urgente para el problema libio. El polvorín sigue a punto de estallar y una guerra civil larga terminará afectando a los pueblos cercanos. En la interesantísima y muy bien documentada conferencia que el presidente de la ciudad autonómica de Melilla, Don Juan José Imbroda, dictó en los encuentros de la Razón aseguró que el destino natural de Ceuta y Melilla es haber estado integradas en Andalucía, que no se logró por la cicatería electoral del PSOE. Los dos presidentes de estas ciudades tienen que desarrollar, aparte de las obligaciones propias del cargo, una faceta de grandes diplomáticos, al fin y al cabo son las autoridades españolas más directas con Marruecos, país con el que mantenemos unas relaciones que podrían definirse con la letra de una copla: «No puedo vivir sin ti, pero contigo tampoco». Por lo tanto, el día a día con las fronteras no es fácil. En el debate posterior a la conferencia, le pregunté al señor Imbroda si el Rey de Marruecos, a pesar de las nuevas medidas democratizadoras anunciadas ayer, podrá resistir una fuerte presión popular y, si sucediera lo peor, en qué situación podría quedar Melilla. Me contestó en diplomático que es imposible que caiga la monarquía alauita y que el Rey no pasará de una discreta presión en momentos puntuales con Ceuta y Melilla. Ojalá sea así, por esa razón, a pesar a todo, hay que apuntalar a Mohammed VI por todos los medios.