Casas reales

Camilla copió la pamela a Yébenes por Jesús MARIÑAS

Es momento para un repaso detallado de «la boda del siglo». La revista «Hello!», con sus 266 páginas, desbanca y anula al británico «OK!» y no hay competencia posible para la publicación «made in Spain» creada por el extinto Eduardo Sánchez Junco.

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Al rotativo británico le queda poco que ofrecer con reportajes menos amplios y sin ni siquiera haber estado invitado al casorio, como sí lo hizo la edición inglesa de «¡Hola!». A semejanza de Manuel Colonques y otros setenta empresarios, ocuparon sitio profesional en unas reservas numeradas dedicadas a empresas benefactoras del príncipe Carlos y su Fundación para defender la naturaleza. De ahí que el siempre frío y nada acogedor Westminster fuese animado con árboles naturales.

La boda generó una insólita peregrinación. El domingo había enormes colas de curiosos para entrar en la abadía donde reposan Churchill y Newton. Y eso que el matrimonio sólo está empezando, pero no cabe duda de que ella tiene parecido gancho popular al de Lady Di, a pesar de que la retransmisión televisiva no alcanzara la audiencia de la boda entre Carlos y Diana. Camilla era la tercera en discordia y me entero ahora de que su sombrero de paja clara era el mismo que lució con plante, hace dos años, Maribel Yébenes en la boda de su hija Miriam. Es de Philip Treacy y cuesta 800 libras.

La duquesa de Cornualles demostró tino y saber estar complementando con zapatos en raso de medio tacón y falda tableada para esconder rotundidades en esas caderas que siempre enloquecieron al actual heredero de la Corona. Ya empiezan a definirlo irónicamente como «el paciente Charles» por cuanto le espera y retomando lo aplicado a la «paciente Catherine Middleton», muy sufridora en casa durante un dilatado noviazgo. Su gusto por el azul ya sirve para denominar al tono zafiro «azul Kate»; le gusta tanto que lo prodiga no sólo en la sortija heredada de Lady Di, sino también en gran parte de su copiado vestuario.

Colean detalles post enlace, especialmente referentes a la novedad que supuso el banquete de la boda, que fue más bien un cóctel. El rumor creciente es que el revoltoso príncipe Harry le hizo ojitos a Pippa. Parece que ella se dejó querer y algunos hacen quinielas para la que imaginan próxima boda principesca. Parece de cuento.