Arganda del Rey

El fugitivo de Estremera

La Policía detiene a José Carlos Serna tras escaparse por segunda vez de una cárcel madrileña. Su mujer, también arrestada, falsificaba los faxes que ordenaban su puesta en libertad

José Carlos Serna, de 57 años, fue detenido la semana pasada, por tercera vez. por el secuestro de un empresario español en el Algarve hace casi tres años
José Carlos Serna, de 57 años, fue detenido la semana pasada, por tercera vez. por el secuestro de un empresario español en el Algarve hace casi tres añoslarazon

Madrid- Nada de perder el tiempo escarbando la pared con cortauñas a lo Clint Eastwood en «La fuga de Alcatraz» o sentir tensión al eludir las cámaras de videovigilancia de la cárcel de Estremera. José Carlos Serna, de 57 años, fue más elegante que todo eso. Un taxi le esperaba a las puertas del centro penitenciario el 30 de diciembre de 2010. Así se fue a saborear la libertad un día antes de comerse las uvas en casa, sin una arruga en el traje ni una palabra más alta que otra. Por la misma puerta y a la vista de todos. El Juzgado de Instrucción de Guardia de Arganda del Rey había recibido a última hora de esa mañana un fax –con membrete oficial– procedente de la Sección 23 de la Audiencia Provincial de Madrid que ordenaba su puesta en libertad. Era falso, al igual que el que se envió el 15 de octubre del pasado año para excarcelarle de la prisión de Valdemoro, donde cumplía condena por el secuestro de un empresario español en el Algarve portugués en 2008 y que fue liberado tras 15 días de cautiverio. Serna, de 57 años, había conseguido fugarse dos veces de una prisión madrileña con el mismo método. Ahora, después de tres meses en libertad, ha vuelto a ser detenido por agentes del Grupo de Secuestros y Extorsiones de la UDEV Central en su domicilio de San Lorenzo de El Escorial, donde se escondía con su mujer y compinche ya que fue ella –Gema María G. R.– quien falsificaba los faxes que ordenaban su puesta en libertad. Ella fue detenida el 3 de marzo en este chalé de la Sierra y él pensó que no volverían. Se equivocó. Le encontraron dentro de un sofá-cama. Hoy, ya duerme en la prisión de Soto del Real.