Diez y Messi

Lionel Messi es extraordinario y sus facultades futbolísticas son excelsas en todos los aspectos. Pero no juega solo. El Barcelona no es Messi y diez más. Afortunadamente para el equipo, el argentino tiene siempre quien le escriba. Él es capaz de burlar a cuatro defensas y buscarse el remate en condiciones de marcar y no obstante, muchas de sus mejores acciones tienen auxiliar decisivo.
Cuando no resuelve individualmente el ataque, encuentra a su lado a Xavi, Iniesta, Villa y Pedro, quienes le ceden el balón en condiciones magníficas. Así ocurrió ayer en el primer tiempo. La estadísticas dirán que arrancó con dos goles la victoria del Barça, que para las estadísticas es récord que mejora la marca de quince partidos sin perder del Madrid de Di Stéfano.
Probablemente, dentro de cuarenta años habrá quien recuerde el dato de ayer como la marca del equipo de Messi. Afortunadamente, el jugador argentino, dado que no va por el mundo de divo, comparte los triunfos con sus compañeros y de ahí que haya comunión perfecta y solidaridad. El equipo azulgrana disfruta con los goles, los marque quien los marque. Y ayer le tocó el turno a su máximo goleador, a su mejor hombre sobre el terreno de juego.
El Atlético acudió al Camp Nou con medidas precautorias. Prescindió de Forlán, en el primer tiempo, quien no está en sus mejores días, y alineó en la banda izquierda a Antonio López y por delante a Filipe Luis para intentar cortar las penetraciones de Dani Alves y fue maniobra inútil. El problema del Atlético de Madrid es el mismo de hace varias temporadas: no tiene quien dirija el juego. Los cambios mejoraron el fútbol rojiblanco. Y Messi hizo el tercero.