Química

El material volcánico puede ser perlita expandida un vidrio rico en agua

Los fragmentos emitidos por la erupción submarina en El Hierro pueden contener en su interior perlitas expandidas, es decir, vidrios volcánicos de color blanco, ricos en sílice y alto contenido en agua, que sufrieron un proceso de expansión natural y, si se confirma esta hipótesis, podría ser la primera vez que se observa este fenómeno.

Así lo ha indicado el geólogo Juan Jesús Coello en una entrevista a Efe en la que asegura que, hasta dónde él sabe, este tipo de material no se ha descrito en anteriores erupciones volcánicas en Canarias ni en el resto del mundo.


El geólogo indica que los productos emitidos hasta la fecha por la erupción submarina en la dorsal sur de El Hierro son fragmentos flotantes en forma de globo, de tamaño decimétrico, de vidrios volcánicos ligeros. Algunos de los fragmentos presentan un saliente o protuberancia alargada a modo de quilla y según los análisis químicos realizados por las universidades de La Laguna y de Barcelona, y por el Centro Superior de Investigaciones Científicas, la corteza está formada por un vidrio volcánico transparente, de color marrón oscuro y composición basáltica, denominado sideromelana.


El interior está formado por dos tipos de vidrios volcánicos y el primero de ellos, opaco y de color negro, tiene también composición basáltica y recibe el nombre de taquilita. El segundo, que forma el grueso del volumen total de los fragmentos flotantes, es un vidrio volcánico vesiculado de color blanco nieve a gris blancuzco.


Su composición es la de una traquita o una riolita, con un 65 por ciento o más en volumen de sílice, una textura esponjosa y una densidad menor que la del agua. Juan Jesús Coello señala que este vidrio volcánico rico en sílice podría provenir de la expansión natural de materiales volcánicos originados en erupciones anteriores y depositados en el fondo marino, cerca del actual punto de emisión.


La expansión se habría producido por la liberación, en forma de vapor, de agua molecular presente en esos materiales, y habría sido provocada por un calentamiento brusco tras acumularse sobre ellos fragmentos de lava basáltica originados en la erupción en curso.
Por la composición química de este vidrio y el ambiente en el que se desarrolla la erupción, el geólogo considera más probable la hipótesis de que el material expandido sea una perlita.
La característica principal de las perlitas, que reciben su nombre por su brillo lustroso y fractura circular, es su alto contenido en moléculas de agua, de un 2 a un 6 por ciento en volumen.


La perlita se habría formado en el fondo marino por la hidratación de un vidrio volcánico denominado hialoclastita. Las hialoclastitas son esquirlas de vidrio originadas por la rotura del magma al entrar en contacto con el agua y enfriarse bruscamente. Para su expansión artificial las perlitas son trituradas hasta el tamaño de grano deseado y después sometidas a calentamiento rápido en hornos industriales, hasta que alcanzan temperaturas de entre 760 y 890 grados centígrados. Las perlitas tienen multitud de aplicaciones: procesos de filtración, aislamiento térmico, mejora de sustratos de cultivo y rellenos inertes, entre otros.


En el caso de las emitidas por la erupción en El Hierro se trataría de un proceso de expansión natural, no artificial, ocurrido a una presión de 20 a 30 atmósferas -200 a 300 metros de profundidad-. El contenido en agua molecular de la perlita que sufrió la expansión natural en el fondo marino de La Restinga podría ser bastante mayor que el de las que se expanden artificialmente. Otros materiales que podrían haber originado este vidrio blanco por una expansión similar son las zeolitas, silicatos hidratados cuyo nombre, del griego "zeos", hervir, y "lithos", piedra, deriva de que algunas liberan vapor y se hinchan al ser calentadas, una propiedad denominada intumescencia. Al igual que las perlitas, las zeolitas son productos muy comunes de la alteración de vidrios volcánicos. En todo caso, el geólogo indica que se trata de una hipótesis sin confirmar, por lo que es aún muy pronto para evaluar la posible importancia de este fenómeno.