El detalle: la improbable tumba de Cleopatra

«Lo cierto es que ambas sepulturas están bajo el mar Mediterráneo. Siempre se habla de descubrir sus tumbas porque sería muy beneficioso para el turismo en Egipto. Cleopatra continúa siendo un importante reclamo», dice el autor. El propio Goldsworthy comenta también una descripción interesante de la tumba de Alejandro Magno: «Cuando llevaban su cuerpo hacia Macedonia, el rey Ptolomeo interceptó el cortejo y llevó los restos del conquistador a Alejandría. Uno de sus sucesores, que no debía tener mucho dinero, quitó el sarcófago de oro que tenía y lo sustituyó por uno transparante, probablemente de cristal. Cuando, más tarde, Augusto fue a tocar el rostro de Alejandro, se quedó con la nariz en los dedos». Entre los que han buscado infructuosamente su sepulcro figuran desde Schliemann, descubridor de Troya, hasta Stelios Komoutsos, un camarero del café alejandrino Elite, que desde 1956 hasta su muerte, en 1991, buscó apasionadamente la tumba.